ESPAÑA.- El tenor español Plácido Domingo reconoció tras reaparecer este martes, recuperado de una embolia pulmonar, en un papel que puso en pie el exigente Festival de Salzburgo, que la música es su mejor terapia: «La pasión que ponemos en esto nos da fuerza».
«Estoy muy emocionado, muy feliz, porque el susto que me llevé fue ‘regular'», explicó Domingo, tras su vuelta a un escenario para dar vida al Giacomo de la «Juana de Arco» de Giuseppe Verdi.
«Somos tan afortunados de hacer esto, que no es trabajo: es un ‘hobby’ cuando lo haces con toda la energía», declaró un Domingo conmovido por el recibimiento que le brindó un público entregado.
«Creo que estoy bien, me siento bien», agregó sobre su estado de salud, tras haber sido hospitalizado una semana en Madrid por la embolia que sufrió el pasado 8 de julio.
Pese a la recuperación, de lo sucedido en julio le queda un poso de «tristeza» por no haber actuado en Madrid, aunque cree que en septiembre podría tener un hueco para volver a la capital de España, y, si es para celebrar que la ciudad organiza los Juegos Olímpicos de 2020, la alegría sería todavía mayor.
«Vamos a planearlo. Si es para celebrar que tenemos los Juegos Olímpicos, mejor todavía, y, si no, de cualquier manera, porque tengo ganas de cantar para el público de Madrid», confesó.
En Salzburgo, cuando se habla de Domingo, las palabras de los melómanos se convierten en un torrente de elogios para describir su incansable compromiso con la música, su energía y su pasión.
Un compromiso que se subraya aún más cuando el maestro recalca: «Yo voy a seguir cantando hasta que Dios quiera».
La fascinación y simpatía del público ha sido un bien apreciable hoy en su reaparición en la prestigiosa Felsenreitschule de Salzburgo, donde un público en pie brindó una cálida y larga ovación al maestro.
Los melómanos que abarrotaron el espacio, el principal escenario del festival, sabían bien que esta era una función especial para el cantante y desde el principio le arroparon con claras muestras de simpatía para premiar su inagotable amor a la música.
El tenor madrileño, de 72 años, reapareció con sus capacidades vocálicas recuperadas y con la misma energía y pasión que ha derrochado en sus cinco décadas en el mundo del canto lírico.
Domingo estuvo acompañado por la soprano rusa Anna Netrebko, que ofreció una interpretación memorable de Juana de Arco, y el joven y talentoso tenor italiano Francesco Meli, como Carlos VII.
Esta ópera no era escenificada, la orquesta y el coro estaban sobre el escenario y no en el foso, lo que permitió al artista concentrarse en el canto y ofrecer muestras de su inagotable registro ante un público rendido.
La dirección musical corrió a cargo del italiano Paolo Carignani, que dirigió a la Orquesta de la Radio de Múnich, y los coros fueron los de la Filarmónica de Viena.
Esta ópera podrá verse también los próximos días 10 y 13 de agosto en el prestigioso festival, que destaca en el libreto de la ópera la figura legendaria de Domingo al recordar que es el tenor que más papeles distintos, 142, ha interpretado en el mundo de la ópera.
Por si eso fuera poco, ha dirigido también en más de 500 ocasiones óperas y conciertos sinfónicos y tiene una discografía sin comparación con la de cualquier otro músico de la canción lírica.
Domingo da una simple receta para tanta fuerza y energía: «El amor a la música».