SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- En torno a las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) existe una especie de mito que no permite la creación de una percepción correcta del extraordinario rol que desempeñan en el desarrollo nacional con la prestación de servicios a alrededor 2.5 millones de personas ubicadas en los segmentos más vulnerables.
La afirmación la hizo este domingo la directora ejecutiva de Alianza ONG, licenciada Addys Then Marte, quien dijo que el mito comienza con el financiamiento gubernamental, “el cual apenas alcanza solamente el ocho por ciento de la totalidad de recursos económicos que utilizan cada año las organizaciones sin fines de lucro”.
Dijo que en el año 2012, las 24 organizaciones que conforman la red multisectorial Alianza ONG y otras seis, invirtieron 87 millones de dólares en iniciativas para el desarrollo y combate a la pobreza en la República Dominicana.
Consideró que los gobiernos deben ver a las instituciones sin fines de lucro como verdaderas aliadas en vista de que aportan en la dirección de resolver problemas a millones de pobres y al tema de transparencia, en el ámbito del fortalecimiento democrático.
Sobre el número total de entidades sin fines de lucro existentes, señaló que la Procuraduría General de la República tiene registradas alrededor de 10 mil, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, 5 mil; y la Dirección General de Impuestos Internos, 4, 600. Explicó que la diferencia viene dada por el rol que desempeñan, el hecho de que reciban o no fondos del Presupuesto del Gobierno Central o si provienen de organismos internacionales, entre otras variables.
“Las Organizaciones No Gubernamentales juegan un papel de primer orden en el país, procurando una vida digna para más de un cuarto de la población dominicana. Lamentablemente se ha creado una especie de mito en torno a ellas que no facilitan la comprensión plena del alcance de sus acciones en favor del pueblo dominicano”, expresó.
Then Marte sostuvo que el rol que desempeñan se puede resumir en dos aspectos: Primero, contribución a reducir el 40 por ciento del nivel de pobreza de la República Dominicana, propiciando una vida digna para las personas más vulnerables; y, segundo, promoción de las participación social a fin de que los ciudadanas y ciudadanos procuren hacer valer sus derechos.