Los fondos de pensiones y los barrios de Santo Domingo: Una Reflexión

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Los fondos de pensiones serían muy bien invertidos, si se usaran con un “piloto” en La Barquita.
Los fondos de pensiones serían muy bien invertidos, si se usaran con un “piloto” en La Barquita.

Por AMPARO CHANTADA

La liberación de fondos de pensiones para construir viviendas “económicas” preocupa, y con razón, a más de un ciudadano de nuestro país. Hay muchos ejemplos en el mundo de manejo equivocado de esos fondos, aquí nos recordamos todos del Banco de los Trabajadores. Y el acuerdo firmado recientemente entre el Gobierno y Acoprovi no levanta las sospechas ni las dudas. Los fondos de pensiones serían manejados en fideicomiso entre los sectores público y privado. Para qué? Para construir 35 mil casas.

Primera sospecha: nunca el país ha construido 35,000 viviendas, es imposible en nuestro país ese propósito y tenemos Invivienda de ejemplo, y otro en Higüey de viviendas prefabricadas. Ni el uno ni el otro han funcionado. El primero fue un fracaso rotundo por lo gigantesco del proyecto, por no haber previsto la dolarización de la economía (y el dólar ya está a 40 por RD$) y haber demostrado una fatal gerencia por la imprevisión. Veinticinco años después, el proyecto no se ha completado.

No hablaremos del prefabricado, pero aquí fracasó también la trasplantación del modelo cubano de construcción. Entonces hablar de 35 mil casas no es ni una utopía, es sencillamente imposible. Al menos de que tratemos de construir y mejorar. Porque, como urbanista, me pregunto y ¿por qué no usar los fondos de pensiones para hacer “mejoramiento barrial”.

El país no está en condición de construir un nuevo “Brasilia” ni un nuevo “Invivienda” ni en San Luis ni en otro lugar, pero sí podríamos “copiar” y “dominicanizar” el programa que implementa Brasil para lustrar su figura, frente al Mundial de Fútbol y de cara a las Juegos Olímpicos.

El gobierno debe “copiar” ese buen modelo llamado “Favela-Barrio” que se implementa en varias favelas de Río y Sao Paulo, en barrios asentados en pendientes, sin títulos de propiedad, carentes de servicios e infraestructuras básicas y equipamientos sociales, igual que aquí, igual que en toda América Latina.

Los fondos de pensiones serían muy bien invertidos, si se usaran con un “piloto” en La Barquita, donde se recuperaría la parte baja inundable, se transformaría en paseo peatonal arborizado y se dotaría el barrio de viviendas más higiénicas, de servicios básicos y sobre todo de una mejor accesibilidad para lograr una mejor integración del asentamiento inhumano y transformarlo en un barrio.

Si Brasil sirve de “modelo” para el Presidente Danilo Medina, su política de mejoramiento de las favelas debe servirnos de inspiración, porque si debemos apretarnos el cinturón, los fondos de pensiones de los trabajadores deben ser usados como un “balón de oxígeno” para sus barrios y sus habitantes, de donde salen esos trabajadores.