Por Juan Cruz Triffolio
Sociólogo – Comunicador Dominicano
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Nos acercamos al 27 de Febrero y con la fecha patria se esperan los tradicionales anuncios de cambios en el tren político administrativo del Estado dominicano.
Aunque en los últimos años las decisiones presidenciales parecen haber cambiado de ocasión, lo cierto es que en la población dominicana, persisten las esperanzas de que el mandatario Danilo Medina Sánchez, con su peculiar manera de conducir los asuntos de Estado, comunique nuevas designaciones.
Existen quienes alegan que las presiones del Congreso del Partido de la Liberación Dominicana han desaparecido y que por tanto, es hora de que el ejecutivo de la nación proceda a cumplir sus compromisos con aquellos que, en el pasado proceso electoral, “quemaron la suela de sus zapatos” para llevarlo al solio presidencial.
Tal percepción luce más acentuada entre muchos de los dirigentes de las diversas fuerzas sociales y políticas que funcionan en el exterior donde, hasta el momento y registrándose contadas excepciones, el gobernante dominicano, además de tener la deuda de hacer presencia física, sólo ha realizado una rotación de funcionarios considerada por algunos de sus seguidores como de poca trascendencia.
En el caso de la estructura estatal, a nivel interno, voces ponen de manifiesto que al presidente Danilo Medina Sánchez, le llegó la hora clave para sustituir a diversos funcionarios que desde hace un considerable tiempo ocupan posiciones relevantes y en su ejercicio cotidiano dan evidentes demostraciones de que no leen las partituras su gobierno de la misma manera en que lo hace el mandatario dominicano.
Aseguran que esos funcionarios, al tiempo que lucen no estar en sintonía con los planes y ejecutorias del gobernante Medina Sánchez, muestran en su diario comportamiento poco interés en responder a sus compromisos oficiales y sobre todo, a las autentificas y acentuadas necesidades de los miembros de las bases las organizaciones políticas que intervinieron en la elección presidencial en el 2012.
Se alega que una gran parte de los miembros del gabinete presidencial del licenciado Danilo Medina Sánchez, en vez de emplear su talento, energía y tiempo en la búsqueda de alternativa de solución a muchos de los problemas fundamentales del país, procuran dar una mayor atención a las diatribas y los encontronazos innecesarios, al igual que a la carrera a destiempo por alcanzar colocarse la denominada ñoña presidencial a sabiendas de que se trata de una simple quimera.
Aunque mantenemos el criterio de que para anunciar los cambios que obedecen a una renovación en un mandato presidencial no es necesario esperar la celebración de efemérides específicas, visto y sopesado el momento y respondiendo al mandato de la máxima que, entre otras cosas reza: “hasta la belleza cansa y el amor acaba”, parecería más que necesario, urgente, que el mandatario Medina Sánchez imprimiera un nuevo sello a su gestión gubernamental donde se perciba nueva sangre, energía y dinamismo para, en consecuencia, proyectar una imagen estatal propia y una ejecutoria más agresiva y globalizante.
Es tiempo de que el presidente Danilo Medina Sánchez repase y proceda a aplicar una nueva página de su libro de gobierno, pues si bien, en cierto modo, ha alcanzado logros positivos, cuando existe la necesidad de buscar resultados distintos y extraordinarios, estamos obligados a no hacer siempre lo mismo
Y si de algo sirve, permítasenos concluir estos párrafos evocando al gran Homero cuando de manera elocuente y precisa nos recuerda; “Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga”.
Cambios pues…, Señor Presidente…!!