Por JOSE ALDUEY SIERRA*
A mitad del camino es buen momento para la reflexión fría y serena. Aquel hombre con visible timidez, sin ínfulas de genio, ha dado cátedras políticas a toda la Nación. Sólo puede exhibir grandes resultados en educación y agropecuaria Son muchos los problemas graves que tiene el país. Sin embargo, la población dominicana está conforme.
Su valoración sobre el 85 % en las encuestas lo dice toda alta satisfacción nacional cuando muchos gobernantes sucumben ante el descenso natural de su popularidad. El fenómeno más importante ha sido la meteórica encarnación del nuevo liderazgo político.
Su nacimiento como líder nacional.El obvio desplazamiento de Leonel Fernández dentro del PLD y el país es un hecho consumado. Semejante hazaña política parecía imposible de lograr hace apenas dos años.
Luego de arrastrar un déficit fiscal sobre los US$200,000 millones de pesos, y encontrar el Estado con un maletín lleno de deudas, unido a la crisis derivada del contrato leonido que regalaba la mina de oro de Cotui a la Barrick Gold, Danilo Medina parecía zozobrar en el mar de dificultades imposibles de sortear.
Fue aquel huracán político dejado por Fernández tras abandonar el poder en el 2012. A ello se sumó la ola de juicios populares que como enfermedad viral cundieron por todo el país donde el ex-presidente fue condenado por tribunales populares, ante la ausencia total de justicia frente a lo sucedido, producto del control absoluto del Poder Judicial y las altas cortes.
Todo concebido y diseñado estratégicamemte en la reforma constitucional del 2010, para lograr impunidad junto a toda su gente.
Justo el punto más débil de Medina, la impunidad es su lastre mayor. Ningún funcionario ha sido arrestado ni llevado a los tribunales por cargos de corrupción. Y los que son acusados lejos de ser enjuiciados reciben el perdón en las altas cortes.
Las auditorias, los escándalos de corrupción a la vista de todo el mundo, son perdonados a la luz del sol. Y el gabinete que inauguró Fernández en el 2004 prácticamente intacto. La nación no ve solución cercana a la crisis eléctrica , ni mucho menos a la delincuencia desenfrenada ni a la crisis crónica del transporte, que coloca al país en el segundo lugar en el mundo, con más muertes por accidentes, dado el caótico tránsito terrestre.
Con 14 años en el poder, y graves crisis de salud, agua potable y electricidad, la Nación sigue navengando en su mar de dificultades. Pero aprecia y valora mucho el crecimiento de la economia en 5,3%, la reducción de la pobreza extrema a 500 mil familias, el avance en resolver el grave analfabetismo y la mejora en la injusticia financiera con préstamos blandos a los productores del campo y a los pequeños y medianos empresarios.
Metiendo el dedo en la llaga sangrante de la sociedad enferma, Medina ha llevado alivio y remedio a mucha gente pobre. Por eso llega a la mitad de su período con más popularidad que cuando entró al gobierno. Justo por esas mismas razones Fernández, todavía importante lider -claro, con su alta tasa de rechazo- en apenas dos años perdió el control mayoritario de su partido y ya no es el líder del PLD.
* Periodista residente en Estados Unidos.