NEW YORK.- La tormenta que llegó el miércoles a Nueva York con fuertes vientos, lluvia y nieve, tras azotar el sur de Estados Unidos, donde dejó al menos 6 muertos, provocó cortes de energía y pequeñas inundaciones en la Gran Manzana.
Debido al temporal, la compañía eléctrica Con Edison, encargada de la mayor parte del suministro de Nueva York, registró en la noche de ayer problemas de suministro dispersos en Staten Island, en las zonas de Woodrow, Great Kills, Travis y South Beach, así como en áreas del condado de Westchester.
De esta forma, algunos de los afectados por el paso del huracán «Sandy» a finales de octubre pasado volvieron a quedarse anoche sin luz, aunque hoy por la mañana ya contaban con el servicio.
Aunque las rachas de viento fueron las protagonistas de la tormenta, la lluvia también provocó pequeñas inundaciones en la zona de Rockaways, en Queens.
También la subida de la marea, que según el Servicio Meteorológico Nacional provocaría que el nivel del agua ascendiera hasta dos metros, causó pequeñas inundaciones en las zonas bajas de la ciudad, conocida como la zona A, aunque no se produjo ninguna evacuación.
Debido a que Nueva York es una ciudad con más de 836 kilómetros de costa, lo que la convierte en una zona con riesgo de inundaciones, el alcalde Michael Bloomberg anunció hace unas semanas un plan para protegerlas y mitigar el impacto de una tormenta o de una subida de la marea como esta.
En algunas zonas del norte del estado de Nueva York se produjeron pequeñas acumulaciones de nieve de hasta 30 centímetros.
La alerta que activó el miércoles el Servicio Meteorológico Nacional por rachas de viento de más de 80 kilómetros finaliza hoy.
Esta tormenta invernal llegó al noreste de EE.UU. después de azotar la zona sur del país con tornados, nieve y viento, causar la muerte de seis personas y provocar la cancelación de más de un millar de vuelos.
Otra tormenta de nieve podría afectar el sábado a Nueva York.
A finales de octubre pasado, el ciclón «Sandy» inundó amplias áreas de las zonas costeras de Nueva York, con el resultado de 43 personas muertas y miles de viviendas destruidas.