Científicos producen electricidad y fertilizantes a partir de la orina

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"Value from Urine" puede beneficiar a países en desarrollo, que aún no poseen infraestructuras eléctricas o de desagües adecuadas, y que podrían sacar partido de la electricidad y los fertilizantes creados de esta manera.
«Value from Urine» puede beneficiar a países en desarrollo, que aún no poseen infraestructuras eléctricas o de desagües adecuadas, y que podrían sacar partido de la electricidad y los fertilizantes creados de esta manera.

LISBOA.- Producir electricidad y fertilizantes a partir de la orina humana es el principal objetivo de un grupo de científicos portugueses de la Universidad del Miño que, con este proyecto, ya han logrado captar la atención de la Nasa y la Agencia Espacial Europea (ESA).

Denominado «Value From Urine» (Valor de la orina), es un proyecto desarrollado por el Centro de Ingeniería Biológica de la Universidad del Miño (norte de Portugal) en colaboración con otras entidades europeas, incluida la empresa española Abengoa Water.

El desafío consiste en producir fertilizantes y obtener energía a través de la orina humana para contrarrestar, en el caso de los fertilizantes, la dependencia de los agricultores europeos del fósforo y amoníaco importados.

Madalena Alves, catedrática y coordinadora del proyecto en suelo luso, explicó que el objetivo de esta iniciativa pasa por «dar valor a la orina humana» y hacerlo «en un contexto de saneamiento descentralizado», es decir, por el tratamiento por separado de algunos de sus componentes.

Esto permite extraer el alto valor energético de la orina, rica en amoníaco, potasio, fósforo o nitrógeno, elementos encontrados en los fertilizantes.

Tras el proceso de separación de los residuos, de acuerdo con Madalena Alves, se detectan «bacterias que consiguen llevar materia orgánica» y «transferir electrones para superficies que son usadas en baterías», produciendo así la energía.

«Value from Urine» puede beneficiar a países en desarrollo, que aún no poseen infraestructuras eléctricas o de desagües adecuadas, y que podrían sacar partido de la electricidad y los fertilizantes creados de esta manera.

Iniciado en 2012 y con fecha final prevista para 2016, este proyecto se encuentra ya en fase de prueba, con una aplicación piloto en funcionamiento en un edificio gubernamental de Holanda.

Según la coordinadora, a pesar de que las «producciones de electricidad estén aún en valores relativamente bajos», esta energía puede usarse ya perfectamente para «pequeñas aplicaciones».