SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- El dirigente peledeísta Luis Hernández dijo que el país precisa de una gran ofensiva diplomática para la defensa de la institucionalidad y la soberanía nacional.
Hernández considera que urge una acción combinada del gobierno, y de sectores representativos de la sociedad para salir al frente a la embestida que desde el exterior se mantiene contra la República Dominicana.
Plantea que la patriótica exposición que hizo el ex presidente Leonel Fernández ante la OEA, y el reciente encuentro del canciller Andrés Navarro con embajadores de los países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), y de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), deben ser punto de partida de una gran cruzada, una ofensiva diplomática, para defender la soberanía dominicana, y nuestras instituciones.
Considera que de ninguna manera el respeto a convenios, acuerdos y compromisos internacionales significa que la nación tiene que someterse a mandatos que están por encima de la Constitución de la República, de las leyes nacionales y de los derechos del Estado.
Ve acertada la apreciación de Leonel Fernández de que la Corte Interamericana de los Derechos Humanos se ha deslegitimado cuando desconoce normas legales en nuestra nación y pretende trazar pautas sobre el régimen migratorio, la nacionalidad y las deportaciones de extranjeros, sobre todo haitianos.
Es por eso—agregó—que la nación se ha levantado para condenar todo intento por suplantar los poderes del Estado y doblegar la soberanía nacional.
Agrega que a esto se suma la inquietud expuesta por la ONU acerca de la «resistencia» de algunos países a disposiciones emanadas de la Convención Americana y la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, consideradas injerencistas.
El miembro del Comité Central del PLD subraya que está fuera de discusión quién es la autoridad en territorio dominicano, por lo que nadie desde afuera tiene mandato para decidir sobre la política exterior, ni ordenar reformas constitucionales ni la eliminación medidas dispuestas por el gobierno, como el Plan de Regularización de Extranjeros.
En su opinión condenar a la República Dominicana por supuestas violaciones de extranjeros y dominicanos de ascendencia haitiana, decir que aquí hay apátridas, y tratar de trazar políticas nacionales es un exceso, algo inaceptable que no se puede permitir.
Por tal razón comparte la inquietud de sectores sensatos de la nación de que se debe dar seguimiento a la posición expuesta por el ex presidente Fernández y el canciller Navarro para enviar misiones diplomáticas a distintos países para desmontar los ataques motorizados desde potencias y organismos internacionales en contra de la soberanía y las instituciones nacionales.
