Qué usted conoce de El Yoyo..?

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El Niño y su YoYo
El Niño y su YoYo

Por JUAN CRUZ TRIFFOLIO
-Recopilado-

El yo-yo es un juguete formado por un disco de madera, de plástico o de otros materiales con una ranura profunda en el centro de todo el borde, alrededor de la cual se enrolla un cordón que, anudado a un dedo se hace subir y bajar alternativamente. Se maneja el disco mediante sacudidas hacia arriba y abajo.

Como juguete esta pieza de entretenimiento se remonta a los albores de la cultura China hacia el año 1000 antes de Cristo.

La versión oriental consistía en dos discos de marfil con un cordón de seda arrollado alrededor de su eje central.

Andando el tiempo, este juguete chino se difundió y comienza a ser famoso en Europa hacia el año 1800 después de Cristo, donde fue adornado suntuosamente con joyas y pintado con dibujos geométricos, a fin de que su rotación creara efectos hipnóticos.

No siendo la excepción, los soldados de Napoleón lo usaron como entretenimiento en su tiempo libre entre batalla y batalla.

A Estados Unidos, el Yo-yo llegó en la década de 1860, en el año 1927 un americano emprendedor llamado Donald Duncan pudo contemplar el yo-yo filipino en acción en manos de un estudiante filipino llamado Pedro Flores, mientras realizaba una exhibición en la ciudad de los Ángeles.

Flores es considerada como la primera persona que comenzó a producir este juguete en grandes cantidades, llevando el nombre de yo-yo.

El señor Duncan compró los derechos del yoyó al Señor Flores y comenzó a fabricarlos y venderlos en 1929, convirtiendo de esta manera la palabra yo-yo en una marca registrada de mercado.

En México, la patente del yo-yo se realiza en 1866 y en poco tiempo el juego fue reconocido como un deporte, al extremo de dar origen a la Asociación Mexicana del Yo-Yo.

Sin duda, el hecho de que su precio sea económico y que su construcción se realiza con materiales sencillos y fáciles de conseguir, ha contribuido a que muchos niños en el mundo, hasta los más pobres, puedan jugar yo-yo.

El yo-yo toma en su forma comercial y promocional, como lo conocimos en los años sesenta y en el presente, durante la época de la denominada yoyomanía, con sus altas y bajas, envuelve a niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos, a quienes permite disfrutarlo a plenitud en cualquier momento y espacio.