Por CÁNDIDA FIGUEREO
Manuela Josefa Taveras, mejor conocida por el mote de Fefita la Grande, es la acordeonista femenina dominicana más conocida por su atípica forma de hacer gozar a quienes le ven a través de la pantalla chica o en un gran salón desbordante de energía haciendo vibrar con las piezas de su género típico.
Su carrera formal se inició hace 39 años con giras musicales en el país y el exterior, pese a que desde pequeña era obvio su talento “compensado” cuando tenía 12 años de edad y José Arismendi Trujillo (Petán), hermano del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, le regaló RD$100.00 luego de escucharla.
Su particular forma de llevar deleite a través del acordeón le ha merecido el mayor de todos los premios, como lo es el reconocimiento de toda la población dominicana que la admira y la goza.
Sin embargo, Fefita la Grande está ensimismada por el galardón denominado “El Gran Soberano”, que otorga anualmente la Asociación de Cronistas de Arte (ACROARTE), y arrodillada ha rogado por obtener esa presea.
En el lapso de 1985 hasta el 2014 esa premiación ha beneficiado a 79 personas, incluidos nacionales y extranjeros. Se trata de 61 caballeros y 18 damas. En este último grupo solo hay 5 dominicanas galardonadas y 13 extranjeras.
Las criollas son Maridalia Hernández, Milly Quezada, Nuria Piera, Sonia Silvestre y Charytín Goico. Muy merecidas.
Algunos de los galardonados no pudieron disfrutar el reconocimiento porque aunque su quehacer tenía buen bagaje, lo recibieron muy tarde, prácticamente al borde del sepulcro.
No es el caso de Fefita la Grande, quien luce lozana y siempre grata. Ella, y muchas otras que trabajan más que muchos hombres en sus respectivas funciones se merecen El Gran Soberano. Total, éste no supera la admiración que se siente por esta acordeonista.
Fefita, no ruegues. No, no lo hagas. Tú tienes el Gran Soberano del Pueblo Dominicano que sabe perfectamente que para que una mujer llegue a tu sitial tiene que “cuayar la yuca”, en tu caso el acordeón. No ruegues. Te lo has ganado.