Por Daniel Efraín Raimundo*
KAKOS: Hay varias terminologías para que un estado de derecho respete la propiedad privada. Es la garantía jurídica para que se respete esa porción que el ciudadano obtiene por medio a diferentes métodos menos el de apropiarse de lo que no le pertenece.
La historia comienza en Haití en los años de 1900. Pues muy bien, Kakos es la transcripción ortográfica de la palabra «cacos». Los «cacos» han sido unas bandas de ladrones mercenarios, los precursores de los tontonsmacoutes, que, de 1900 a 1914, jugaron, en manos de los intrigantes de exacerbada ambición de la feudalidad haitiana, el papel que los condottieri del Renacimiento desempeñaron en la Italia de los Borgia. Los Kakos en Haití han sembrado el bandidaje y la desolación en nuestros campos y en nuestras ciudades y han paralizado de este modo la vida nacional hasta el punto que han hecho pagar al país la vergüenza de la ocupación americana de 1915. (Georges D. Rigaud, La Resistance haitienne.)
Para la época en ese país, intelectuales, abogados, militares se daban la etiqueta y eso dejaba mucho que desear sobre lo que piensan de sí mismos y sobre los fines que se proponen… Instigadores de discordias, malhechores de los tiempos pasados como de hoy.
Los Cacos en Haití fue un embrión de izquierda y conciencia revolucionara, de lucha popular: Tras los actos de los «cacos», las «correrías» casi semanales, se esconde el drama de estos campesinos sin tierra, dispuestos a dar su vida a todo general que les ofrezca a cambio un tañido de clarín y carta blanca para el pillaje. Se esconce también la rebelión de toda una clase de hombres desheredados y explotados, y que quieren de forma vaga, sin saber demasiado cómo, cambiar el orden de cosas. Los «cacos» son la conciencia campesina embrutecida y deformada, que busca un camino, un guía, una causa.
Encontraron la causa con la ocupación americana. Y ésta no fue suave, el «golpe de nervio» no tocó sólo la economía. Los americanos conocían muy bien que ellos no fueron a Haití a defender los intereses haitianos. La ocupación se hizo con el fin de salvaguardar los intereses financieros de los Estados Unidos en Haití, desgraciadamente a expensas de los débiles vecinos (Informe de la Comisión de Investigación McCormick, 1920.)
El guía, el líder, capaz de dirigir el espontaneo movimiento de los «cacos» en una dirección precisa, fue Charlemagne Peralte. En poco tiempo fue reconocido como el bandido más capacitado para actuar contra los marines y los gendarmes. Formó su propio gobierno. Los americanos duraron tres largos años para acabar con Charlemagne Peralte. El «bandido caco», fue asesinado por un marine en unas circunstancias muy penosas. el 31 de octubre de 1919. Luego de la muerte de Peralte el movimiento de los «cacos» reemprenden la lucha bajo la dirección de Benoit Batraville durante dos años. Los «Cacos» era un movimiento de invasiones de tierras, atracos y asesinatos y para la época se convirtieron los callejones haitianos en baños de sangre. En menos de dos años según las estadísticas el número de haitianos muertos se elevó a 12.975 (reportaje de Susy Castor.)
Como la lucha por la tierra de los «cacos» haitianos se perdió lo cual era el fenómeno dominante de Haití desde su independencia. Perdida por los esclavos convertidos en libres pero que nunca alcanzaron a poseer la tierra que cultivaban. Como la lucha de los cacos fue infructuosa y ya no tenían el MOTIVO trasladaron sus luchas al territorio dominicano hasta que Trujillo arregló el asunto en 1937. Desde ese entonces para acá usted ve a los Cacos haitianos dirigidos ahora por Cacos dominicanos para la cuestión de la invasión de terrenos y la poda de árboles. No se olvide que los invasores tienen el método que usó Charlemagne Peralte para diezmar a Haití en el caos, la muerte y la desolación… Charlemagne Peralte el kako de ébano es un símbolo como el Che Guevara en Haití.
Cuando usted vea invasiones de terrenos por «cacos invasores»; degüelle de ganado por «cacos cuatreros», no se olvide que la mano aviesa de los KAKOS haitianos en el espíritu flotante del Kako Mayor, Charlemagne Peralte, gravita de este lado de la Isla levantando la bandera del caos y el terror gracias a unos Kakos gubernamentales que dirigen esa banda peligrosa de animales selváticos. Así no hay país que se salve ni garantías para la inversión extranjera.
Así que usted ahora sabrá que a esos movimientos siempre lo han adornado el caco de losa, el caco de ñame, el caco de locrio, el caco de oro, caco de puya, y caco de rolo.
Ahora usted no tiene excusas para no saber de dónde viene la palabra Kako.
* Desde Alpargatal, Barahona, hoy Vicente Noble, jueves, 16 de abril de 2015
