Por Alfredo González Holmann*
El discurso del expresidente, Óscar Arias, en la V Cumbre de las Américas debería releerse y ser el único punto de agenda en esta VII Cumbre. Lo demás es verborrea, a como acostumbra la OEA.
Arias dijo: “Tengo la impresión de que cada vez que los países caribeños y latinoamericanos se reúnen con el presidente de los Estados Unidos de América, es para pedirle cosas o para reclamarle cosas. Casi siempre, es para culpar a Estados Unidos de nuestros males pasados, presentes y futuros. No creo que eso sea del todo justo (…). No podemos olvidar que en este continente… por lo menos hasta 1750 todos los americanos eran (…) pobres”.
“Cuando aparece la Revolución Industrial en Inglaterra, otros países se montan en ese vagón: Alemania, Francia, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda (…) y así la Revolución Industrial pasó por América Latina como un cometa, y no nos dimos cuenta (…) perdimos la oportunidad”.
“Hace cincuenta años, México era más rico que Portugal. En 1950, un país como Brasil tenía un ingreso per cápita más elevado que el de Corea del Sur. Hace sesenta años, Honduras tenía más riqueza per cápita que Singapur y hoy Singapur —en cuestión de 35 o 40 años— es un país con 40 mil dólares de ingreso anual por habitante”, hoy Honduras ronda 2 mil dólares.
“En 1950, cada ciudadano norteamericano era cuatro veces más rico que un ciudadano latinoamericano. Hoy en día, un ciudadano norteamericano es 10, 15 o 20 veces más rico que un latinoamericano. Eso no es culpa de Estados Unidos, es culpa nuestra. Bueno, algo hicimos mal los latinoamericanos. ¿Qué hicimos mal? No puedo enumerar todas las cosas que hemos hecho mal”.
Nuestro problema es antiguo y no logramos entenderlo. Eso es parte de lo que hemos hecho mal, ignorarlo.
Por 1960, el expresidente Kennedy, afirmó: “Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él”. Si Fidel Castro hubiese seguido este sabio consejo, hoy Cuba estaría mejor, pero siguió los pasos de la fracasada y extinta Unión Soviética sacrificando el bienestar de su pueblo.
El expresidente Chávez siguió los pasos de Fidel, culpando a los gringos de todos los males, no se percató que el norte de los norteamericanos siempre ha sido la educación. La escolaridad promedio de Latinoamérica es de siete años mientras EE. UU. tiene la mejor educación del mundo.
Pocos líderes latinoamericanos se han percatado que el asunto es educación; un norteamericano, además de su alta escolaridad se lee en su vida unos 1,600 libros, pero un latinoamericano además de su baja escolaridad se lee en el mismo período unos 120 libros. Hay que entender lo que legó Simón Bolívar: “Un hombre sin estudios es un ser incompleto”.
Maduro sigue obstinado contra el imperialismo, no se ha dado cuenta que los norteamericanos, mediante la educación, han logrado que sus ciudadanos sean eminentes innovadores. Por ejemplo, los jóvenes de Apple, en 38 años han logrado una empresa que es más grande que las economías de Venezuela y Cuba juntas. Se especula que pronto Apple superará las economías de Suiza, Holanda y Arabia Saudita. Si sumamos otras empresas recientes como; Microsoft, Facebook, Google, pocos creerían las cifras. ¿Serán estos jóvenes innovadores los culpables de la pobreza latinoamericana? ¿Será la juventud gringa la culpable de que sus semejantes venezolanos y cubanos tengan racionamiento de alimentos?
La OEA debe difundir en Facebook, —redes sociales—, “América sin Pobreza”, con estadísticas de ingresos per cápita y salarios por hora de los países miembros para que la juventud pregunte a los líderes: ¿qué hicimos mal? Es como dijo Bolívar: “Nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza”. Se necesitan cumbres con Arias.
* El autor es escritor. Autor del libro: ¡La gran pregunta! ¿Por qué los hispanos son pobres?