Periodista El Nacional
POR DOMINGO BATISTA
SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- Diferentes amigos allegados a las líneas políticas del presidente Danilo Medina, me han hecho llegar sus críticas condenatorias a mis posiciones en torno a las posibilidades de una reelección del primer mandatario.
A través de llamadas telefónicas y conversaciones cara a cara, esos amigos no me perdonan que haya levantado mi voz para observarle al licenciado Medina sobre el peligro que entraña violar su palabra.
Insisto en que los hombres honestos no sólo demuestran esa cualidad con no robar. El cumplir con sus compromisos, también es parte de lo que debe normar a un ente que dirija un pueblo.
Inclusive, esos amigos que me reprochan, argumentan que la política es un asunto de realidades y que nadie puede encadenarse a una oferta o promesa electoral.
Y digo que ese es un concepto irresponsable.
Un presidente de la República tiene que hacer valer su palabra empeñada para ganarse el respeto de todos.
No merece ninguna credibilidad quien no respeta la palabra empeñada
En ninguna mente cuerda puede caber la idea de que un juramento hecho en una tumba de un ser querido debe pasarse por alto y tirar por las bordas del desprecio su prestigio y valor en la sociedad.
El hombre o mujer que no respeta sus compromisos es un ser que no merece ninguna estimación o consideración de sus congéneres.
Es tomando como base sus postulados levantados en su vida como hijo, hermano, esposo, padre y político, manifiesto que el presidente Medina no sería el mejor ejemplo de honestidad, siempre y cuando dé soltura al gusano de la reelección.
Veo que no se debe tirar por el suelo la promesa hecha por él en el cementerio municipal de La Vega frente a los restos de quien el presidente de la República califica de su líder y guía, el profesor Juan Bosch.
Nada más hay que imaginarse a dónde iría moralmente la imagen de un mandatario que no sea capaz de resistirse a los embates del oleaje reeleccionista que amenaza con violentar sus principios porque esa acción le conviene a los moradores de la mansión presidencial de la avenida Moisés García.
Por gracias, todo parece indicar que Medina no acumulará los votos necesarios para provocar la modificación de la Constitución.
