En Torno a la 2da. Feria del Libro de Historia y Nuestros Políticos

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segunda feria del libroPor Juan Cruz Triffolio

Sociólogo – Comunicador Dominicano

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Durante una semana, los amantes de la lectura y del debate que genera conocimientos tuvimos el privilegio de participar en la recién finalizada 2da. Feria del Libro de Historia Dominicana que organizó y realizó el Archivo General  de la Nación, en homenaje al incansable luchador y  maestro de historiadores, doctor Emilio Cordero Michel.

Hacemos referencia a un verdadero banquete convocado por el acucioso historiador Roberto Cassá y los eficientes miembros de su equipo de trabajo en el AGN, en donde resultó edificante participar en conferencias, puestas en circulación de interesantes obras, talleres, paneles, presentación de grupos de bailes,  exposiciones de fotografías, películas y documentales, entre otros contenidos que formaron parte de un apretado y sustancioso programa de actividades.

Se trata de una experiencia formidable, digna del reconocimiento de todos y que deja de manifiesto los acertados criterios y la nueva imagen que actualmente proyecta el Archivo General de la Nación, otrora un gigantesco almacén de materiales históricos saturados de polvo y carcomidos por las insaciables polillas.

La Feria del Libro de Historia Dominicana es un maravilloso escenario de análisis y proyección del saber histórico que ha acompañado a nuestro pueblo a través de los siglos, fruto del esfuerzo colectivo y la creatividad de los hombres y mujeres que hoy forman parte de la referida institución pública.

Tal vez como nota discordante sea interesante apuntar, sin procurar molestar, la notoria ausencia de los principales representativos del liderazgo político-partidario del país, quienes lucen no mostrar interés por el conocimiento y la aplicación de los hechos trascendentales en que intervinieron nuestros prohombres, olvidando que “quienes nunca se preocupan de sus antepasados jamás mirarán hacia la posteridad”.

Y brillaron  por su ausencia porque para muchos de ellos la Historia poco importa y de tal apreciación, sin necesidad de hiperbolizar,  son testigos sus comportamientos cotidianos y el pobre discurso que constantemente verbalizan en cualquier escenario.

Olvidan, por ignorancia o dejadez, la advertencia del ingenioso e inmortal autor de El Quijote, Miguel de Cervantes y Saavedra, cuando de manera certera recuerda que “la  Historia es émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo del pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir”.

Su miopía en torno al valor del pasado para la comprensión del presente y la construcción de un mañana más justo y humano poco luce importar entre aquellos que  prefieren el discurso hueco de contenido, generador de la diatriba y el bullicio ensordecedor, olvidando que “los pueblos se enlazan con la muerte el mismo día en que se divorcian de su historia”

Ojalá, en un tiempo no lejano, se asimilara que el político está llamado a ser siempre un educador de masas, un formador de conciencia, capaz de motivar a sus adeptos a un comportamiento individual y colectivo que sirva de ejemplo positivo para el levantamiento de una sociedad diferente.

Dejen de continuar siendo discípulos distraídos, aun no basta de historia..!!

Hay un gran contenido histórico que asimilar para saber lo que fuimos, somos y seguiremos siendo.

Por eso, como muy bien expone el brillante José Saramago, y para no alargar innecesariamente estas líneas, insistimos en llamar a los miembros de la cúpula política criolla a siempre tener presente que “hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia”

Aún estamos a tiempo..!!