«Cuando hombres sin honores estafan, roban, anulan el derecho ajeno, se sirven de sus posiciones públicas para extorsionar o declarar desiertas acciones ganadas en buena lid generan los que los criminalistas denominan tres motivos básicos para matar: el dinero, los celos y las venganzas.»
Dr. Guido Gil Díaz
POR RAFAEL PERALTA ROMERO*
El homicidio de Juancito, en un contexto razonable, fue simplemente deplorable, innecesario como toda muerte violenta, donde el homicida juzga y se toma la justicia por su propia cuenta y cuando se suicida, como fue el caso, la verdad, lo que en derecho se conoce como el móvil de los hechos, desaparece, a menos que no haya un interés manifiesto por determinar las causas que indujeron al homicida de ´´tomar la justicia con sus manos´´.
La muerte, el 15 de diciembre de 2015, de Juancito Sport estuvo precedida por hechos y acontecimientos políticos como un sinnúmero de conflictos irresueltos, que incluye dos muertos, en el marco del pasado proceso de convención interna del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Este desgraciado e inesperado acontecimiento agarró desprevenido al gobierno y al PLD, del que Juancito era miembro del temido Comité Político, por lo que fue pertinente, según fuentes del Palacio Nacional, realizar una reunión con el muerto caliente para desvincular los hechos de cualquier sospecha política que pudiera sumarse a los daños de la sangrienta convención.
En ese primera reunión se inició el proceso de maquillaje y blanqueo de la muerte de Juancito, donde se fueron montando y desmontando los motivos, que el Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, fue dando a la prensa, sin inmutarse por la forma en que lo fue cambiando hasta sacar a Juancito de los posibles móviles y ponerlos en manos de Richard, hermano del finado, con lo que la imagen del malogrado alcalde quedó inmaculada. Libre de todo pecado y dudas.
Sin embargo, por los predios del Ayuntamiento, por la cercanía política y afectiva del político y ´´rifero´´ y por el lado del ingeniero y suplidor desde antes de los trágicos hechos se hablaba de que el ingeniero Luis Esmelin Féliz Féliz hacía labores de testaferro en negocios del Ayuntamiento y que uno de estos negocios implicaba una comisión de varios millones pesos que Juan de los Santos, alcalde de Santo Domingo Este, rehuía pagar al suplidor y ´´amigo´´.
No es un secreto que De los Santos venía maltrató y humilló a Féliz Féliz, al tal escala que la mañana del día anterior el Alcalde ´´Botó´´ de la puerta de su despacho al joven ingeniero y cuentan que las últimas palabras de éste, en respuesta al Alcalde fue de que ´´las hipotecas serían por partidas dobles´´, lo que hace pensar en un hombre acorralado debido a que está perdiendo la batalla en contra de un hombre política, económica y socialmente más poderoso y la impotencia le produce una depresión severa. Éstos son los suicidios que más nos persiguen y suelen motivar estos homicidios tan trágicos, cuanto más si el móvil compromete al homicida y éste no quiere enfrentar el juicio público de unos hechos vinculados a supuestas acciones comerciales de corrupción, que involucran a varias personas y entidades públicas y privadas.
Estos crímenes siempre tienen una motivación, por esta razón las investigaciones forenses necesitan principalmente determinar por qué el atacante llega a quitarse la vida, cuando esta acción por común sucede en los crímenes pasionales, por lo que es pertinente investigar y determinar las pruebas reales correspondientes.
Existen tres motivos básicos para matar: el dinero, los celos y las venganzas.
El dinero y la venganza son las principales motivaciones debido a la ambición y el deseo de poder, dos pasiones humanas capaces de llevar a alguien a perpetrar un asesinato; cuando representa un valor superior a la vida humana.
La mayoría de estos crímenes podrían ser evitados si las personas fueran capaces de establecer relaciones afectivas sanas y respetaran un código ético.
Pero cuando se pierde la ética y la moral, principalmente en funcionarios públicos, que impulsados por el deseo de acumular dinero, no importa cuán rico sean, generan en el suplidor esa sensación de impotencia y pérdida la batalla y produce esa depresión severa que llevó al ingeniero Féliz Féliz a cometer un triple crimen, que lo incluye y al arquitecto David Rodríguez García, estafado por funcionarios de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), quien se disparó con una pistola.
Lamentablemente, Juan de los Santos, alcalde de Santo Domingo Este, desde el poder se echó por la borda cualquier posibilidad de una investigación que pusiera al desnudo los motivos reales y vinculantes de los hechos en que tres hombres jóvenes perdieron la vida y se llevaran a las tumbas sus verdades, que por razones de conveniencia política se desestimó investigarlas.
No tuvo capacidad para negociar su permanencia aquí en la tierra y se conformó con un entierro con honores de un mandatario como estaba en la agenda de mediano plazo de Juancito: la presidencia de la república.
Paz a estas tres almas y sus familiares
* Tomado de DiarioGente