Por ADALYS PILAR MIRELES
PINAR DEL RIO, CUBA.- Cual capricho de la naturaleza, la silueta del Héroe Nacional José Martí asoma entre los mogotes de Viñales, localidad cubana inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial.
Al transitar entre sinuosos senderos por la Sierra de los Organos, los caminantes descubren en las alturas formas que se asemejan al rostro del político y escritor, figura cimera de las letras en la isla.
Historiadores atestiguan que fue un botánico quien advirtió la similitud del conjunto de cimas con el autor de El Ismaelillo, descubrimiento ocurrido en 1972 tras la apertura de una carretera que surca las serranías del lugar.
Desde entonces es conocido y admirado como el Martí yacente, singular tributo en el paisaje cubano.
Tendido de cara al sol, como fue su deseo expreso, aflora el perfil del patriota, prócer de la gesta independentista contra el colonialismo español.
Tras la habitual niebla de la alborada, las cumbres evocan los rasgos faciales del caudillo latinoamericano y poeta, dibujo pétreo que resalta entre las sosegadas vistas de la campiña.
La imagen se visualiza desde el vial que une a Viñales con el cercano pueblo de El Moncada, y resulta sorprendente detalle en esta zona del occidente de Cuba.
No importa el cansancio por la distancia recorrida o la prisa de los viajeros, siempre hay un minuto para admirar ese paraje, donde convergen a un tiempo lomas, fantasía e historia.
Percibida desde un solo ángulo con respecto a la posición que ocupa, la figura esculpida por la naturaleza es apreciada con igual asombro por lugareños y recién llegados.
Entre árboles montañeses, inunda de leyenda el valle de la Guasasa, próximo al poblado principal del territorio, de fama internacional.
Parcelas aradas y elevaciones en forma de cúpula confluyen en la localidad, declarada Paisaje Cultural de la Humanidad en 1999, debido a la simbiosis casi poética entre hombre y entorno.
Considerada una de las tierras más antiguas del Caribe, Viñales abriga a extensos sistemas cavernarios entre los que sobresalen Santo Tomás y Palmarito, dos de los mayores de América Latina.
Distante 160 kilómetros de La Habana, el territorio inspira desde siglos pasados a escritores y artistas de la plástica como Domingo Ramos y Tiburcio Lorenzo, quienes intentaron atrapar con trazos y colores, la majestuosidad del sitio.
Junto a sus joyas espeleológicas y escenarios intramontanos, Viñales atesora una pintura de Martí sobre un «lienzo» rocoso, que data del período jurásico.
