SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- El Comandante Ramón Emilio Mejía del Castillo, –Pichirilo-, combatiente revolucionario por la libertad, cayó un día como hoy en 1966, vil y cobardemente asesinado por sicarios al servicio del oprobioso régimen de los doce años de Joaquín Balaguer, siendo uno de los primeros combatientes de la Revolución de abril de 1965 en ser ejecutado como parte del plan de contrainsurgencia diseñado para tales fines por el imperialismo yanqui.
El comandante Pichirilo fue un luchador antitrujillista que vivió largo tiempo exiliado en varios países latinoamericanos, involucrándose en la fallida expedición de Cayo Confite en 1947 y posteriormente como parte de los expedicionarios internacionalistas que desembarcaron en Cuba desde el yate Gramma, junto a Fidel Castro, el Che Guevara, entre otros combatientes, en la guerrilla que combatió la dictadura de Fulgencio Batista y que culminó con el triunfo de la Revolución cubana el primero de enero de 1959, emulando a Máximo Gómez en la lucha por la independencia y la libertad de ese pueblo hermano.
Al producirse el estallido popular del 24 de abril de 1965, se incorporó a la lucha por la restitución del gobierno constitucional del profesor Juan Bosch, la defensa de la soberanía nacional contra los invasores, siendo uno de los principales protagonistas, junto a los miembros del Comando de la Puerta de San Diego, (del cual era su Comandante), en la resistencia patriótica a la agresión imperialista durante los ataques del 15 y 16 de junio, donde su gallardía, experiencia y honor se destacaron en estos combates.
Lo asesinaron alevosamente por la espalda, con acechanza y en medio de la oscuridad cuando salía de compartir con su hermana Doña Grecia Mejía de Pinedo, como parte del Plan para exterminar la generación que derrotó a los golpistas de San Isidro y los grupos reaccionarios de poder, generación que además asumió dignamente la defensa de la soberanía nacional tras la invasión del 28 de abril de 1965.
En ocasión de conmemorarse el cincuenta aniversario de su cobarde asesinato, es propicia la ocasión para levantar en alto su bandera de lucha en defensa de los más sagrados intereses del pueblo dominicano, la libertad, la verdadera democracia, la independencia y soberanía nacional, emulando su ejemplo de unidad y lucha. ¡¡A Pichirilo pudieron quitarle la vida, pero jamás borrar su memoria, porque ni el pueblo, ni este Comité lo van a permitir!!
¡¡LOOR Y GLORIA ETERNA AL COMANDANTE PICHIRILO!!
EQUIPO COORDINADOR 13 de junio 2016