Por CÁNDIDA FIGUEREO
La República Dominicana está repleta de hombres y mujeres con un grado interesante de autoestima que contribuye a reforzar a los débiles que se rinden con facilidad ante cualquier escollo que no deja de ser pura alharaca.
Se trata, en el caso de los primeros, de personas con un grado personal de valoración indestructible que saben perfectamente que el puerco no se rasca en javilla.
El desarrollo de este pequeño país donde abundan las personas que se esfuerzan de un modo u otro en este ejercicio que debe ser imparable para el bienestar de todos, Jamás debe detenerse por el pánico ocasionado por quienes se aprovechan de la discordia.
Este país querido por cada dominicano, incluidos todos aquellos que se encuentran en el extranjero y sueñan con su república dominicana, solo tiene que poner término a los pocos afrentosos que cometen fechorías para llevar al descrédito esta obra divina de 48 mil 311 kilómetros cuadrados y más de 10 mil isleños agradecidos de Dios, de su Patria y su Libertad.
Lo anterior nadie lo va a empañar. Arriba la autoestima por sobre todas las cosas.
Para este trópico encantador por la dulzura y laboriosidad de gran parte de su gente que vive en amor día a día en cada una de sus faenas, también valen ¿Por qué no? estas dos frases del poeta Uruguayo Mario Benedetti, publicada en Akifrases, que dicen:
1-“No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás solo, ¡porque yo te quiero!”
2-“Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.”
Dominicano, sigue arriba la autoestima para que sigamos siendo mejor. Es país es de todos y cada uno está obligado a defenderlo con su trabajo honesto, sin deforestar para que nuestros ríos no se sequen, siendo respetuoso con los demás, no haciendo lo que no queremos para nosotros, cuidando tus hijos para que sean hombres y mujeres de bien, velando para que haga sus tareas de la escuela, observando con quienes se juntan y controlando en lo posible los mensajes non santos que reciben por varias fuentes.
Arriba la autoestima en la defensa del país ahora y siempre. Cada padre y madre es el modelo de sus hijos, además de la influencia externa. Siempre hemos sido buenos y seremos mejores contribuyendo para que así sea. No te fijes en quien o quienes lo hacen mal. Solo preocúpate en hacerlo bien. Tú puedes papá. Tú puedes mamá. Todos podemos. Arriba la autoestima.