Por Dr. Antonio Contreras Berroa
El envejecimiento es un proceso fisiológico de deterioro de las funciones, órganos y tejidos del organismo.
Envejecimiento activo: fue definido en 1999 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”. El término “activo” se refiere a la participación continua de los adultos mayores en forma individual y colectiva, en los aspectos sociales, económicos, culturales, espirituales y cívicos, y no solamente a la capacidad para estar físicamente en lo laboral o participar en la mano de obra.
La vejez es una etapa inevitable del desarrollo del organismo, y el envejecimiento es un proceso destructivo que se desarrolla regularmente y que favorece el desarrollo de patologías de la vejez, la limitación de las posibilidades de adaptación, el aumento de la probabilidad de la muerte y la disminución de la duración de la vida.
De acuerdo con la clasificación del VOZ, se define como de edad madura a las personas mayores de 50 años. El problema del envejecimiento de la población en Rusia y en Europa es extraordinariamente actual, ya que casi el 20 % de los rusos pertenecen a esta categoría. En España un 26 % de la población tiene más de 65 años, mientras que solo un 14,5 % tiene menos de 15 años lo que a medio plazo supondrá un problema para el mantenimiento de las estructuras económicas. La edad media de la población es de 40 años.
El envejecimiento del organismo es un proceso universal, de disminución constante del nivel de funcionamiento de los sistemas complejos y abiertos en el tiempo, que afecta a todos los niveles del organismo, alterando los procesos de autorestauración de todos sus componentes. El envejecimiento biológico puede considerarse como una insuficiencia de los sistemas homeostáticos que conduce al aumento del riesgo de muerte.
Actualmente, se presta una merecida atención a la corrección de los cambios propios de la vejez con ayuda de la ozonoterapia, y a la utilización de esta con fines curativos y profilácticos en las enfermedades asociadas con la edad. Las personas mayores responden muy bien a este tipo de tratamiento en forma de mejoría de estado de ánimo y de revitalización general. Experimentan una notoria disminución de la debilidad, y un aumento de la energía y de la capacidad de trabajo; les mejora el estado de ánimo y vuelven a manifestar interés por la vida.
La teoria de los radicales libres debe considerarse como una de las teorías sobre el envejecimiento de las más fundamentales y en desarrollo. El envejecimiento del ser humano se acompaña de una disminución de los procesos hormonales-metabólicos y enzimáticos, la reducción de la intensidad de las reacciones de oxidorreducción y la disminución de los niveles de utilización máxima del oxígeno. En el proceso de envejecimiento se producen trastornos en el sistema de las enzimas antioxidantes, lo que permite valorarlo como estrés oxidativo, es decir, como la aparición de una desequilibrio en el sistema oxidantes-antioxidantes, con el desarrollo de un estado de hiperoxidación, de activación de radicales libres y de los procesos de la Oxidación lípidos por peróxidos, y la disminución de la actividad del sistema antioxidante, el desarrollo de daños oxidativos y de procesos patológicos propios de la edad.
En la estructura del efecto curativo gerontoprotector se adjudica un papel fundamental al estrés oxidativo. Desde esta posición, las posibilidades multifuncionales de oxidación biológica de la ozonoterapia pueden utilizarse con el objetivo de influir en el mecanismo de las patologías propias de la edad. Esta propiedad gerontoprotectora debe utilizarse teniendo en cuenta su efecto dependiente de la dosis en relación con las reacciones de oxidorreducción.
En la mayoría de los casos, la nivelación del equilibrio de los sistemas de oxidación de lípidos por peróxidos/defensa antioxidante requiere la prescripción al paciente anciano de dosis baja y media de ozono, lo que posibilitará el aumento de la actividad del sistema antioxidante y la disminución de Ia activación de los procesos de peroxidación. Esto, a su vez, creará las condiciones, para la realización de las funciones energéticas de las formas activas del oxígeno, cuyo donador será la mezcla de ozono y oxígeno.
Es necesario diferenciar entre el proceso normal de envejecimiento y las enfermedades de la vejez. El análisis de los datos de la bibliografía permite separar las enfermedades relacionadas directamente con la edad, y que de forma determinada no son variantes del envejecimiento normal, y las enfermedades relacionadas con el envejecimiento fisiológico.
La disminución de la reactividad del organismo del anciano conduce a la acumulación de enfermedades y a su progreso. Los procesos patológicos que se encuentran con mayor frecuencia en los ancianos con la aterosclerosis vascular, las tumoraciones, las infecciones y las enfermedades autoinmunitarias y degenerativas.
Se confiere gran importancia a la generación de activas del oxígeno bajo la influencia de la ozonoterapia, lo que ante todo se refiere a la influencia de las funciones inmunitarias de la sangre. La disfunción del sistema inmunológico propia de la edad posibilita la aparición de patologías oncológicas, el paso al carácter crónico de las enfermedades infecciosas, neurovegetativas y otras enfermedades de los pacientes ancianos.
Los mecanismos inmunológicos del organismo humano dependen del oxígeno, ya que la hemostasia plena y la fagocitosis con generación de formas activas del oxígeno, por los macrófagos y los granulocitos requieren un aporte suficiente de oxígeno.
La ozonoterapia ayuda a mejorar este aspecto. La acción inmunocorrectora de la ozonoterapia incluye, además, la fijación de los ozónidos en las membranas de las células fagocíticas, lo que estimula la síntesis de citocinas: el interferón, el factor de necrosis tumoral, en particular la función de los linfocitos T colaboradores que responden por la producción de los anticuerpos por los linfocitos B, es decir, potencian el sistema de inmunidad inespecífica.
El envejecimiento se caracteriza por trastornos en la regulación neurohormonal de la circulación sanguínea y de los procesos de intercambio, con el desarrollo posterior de patologías que son las causas fundamentales de la muerte de las personas: cardiopatía isquémica e isquemia cerebral, hipertensión arterial y diabetes mellitus.
En estas enfermedades, la ozonoterapia ejerce poderosos efectos sistémicos, que se expresan en la activación del transporte de oxígeno, la optimización del trabajo de la cadena respiratoria mitocondrial, la vasodilatación de las arteriolas y las vénulas poscapilares, y la mejoría de las propiedades reológicas de la sangre y de la microcirculación.
Los datos presentados permiten opinar sobre la utilización de la ozonoterapia en el entorno geriátrico, considerando que permite curar enfermedades en pacientes de edad madura y ancianos, así como sobre su aplicación como método protector, disminuyendo la velocidad del envejecimiento y posibilitando el aumento de la duración de la vida.
Esta técnica debe aplicarse dos veces al año. Las infusiones intravenosas de solución fisiológica ozonizada, las insuflaciones rectales y la autohemoterapia mayor.
Envejecimiento saludable debe ir acompañada de una buena alimentación, complementación nutricional, desintoxicación, ejercicio físico, descanso reparador y control del estrés.