Concejo de la Ciudad de Nueva York prohíbe a todos los empleadores de la ciudad solicitar el historial salarial

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El asambleísta Crespo y Senadora Alcántara piden que se tomen medidas sobre su legislación del 2013 que establecerá la prohibición, como una ley estatal, necesaria para abordar la discriminación salarial

Albany, Nueva York.- Hoy, el asambleísta Marcos Crespo, presidente de la Comisión Especial de Asuntos Puertorriqueños e Hispanos felicitó al Concejo de la Ciudad de Nueva York por su audaz medida al utilizar un acercamiento pragmático para resolver la discriminación salarial enfrentada por las mujeres y las minorías étnicas en el mercado laboral privado. Crespo también utilizó esta oportunidad para exigirle a la Legislatura del Estado de Nueva York aprobar legislación similar que él ha presentado desde el 2013.

“Felicito al Concejo de la Ciudad de Nueva York y a la defensora pública Letitia James por atacar el problema de la discriminación salarial desde su raíz; los requisitos del historial salarial por posibles empleadores. Por mucho tiempo, ha sido obvio para mí que la exigencia de un historial salarial a un solicitante de empleo sólo sirve para suprimir los salarios de los candidatos debido a generaciones de un comienzo injusto para los participantes de la fuerza laboral que son mujeres y minorías étnicas”, dijo Crespo.

Él añadió, “la Legislatura del Estado de Nueva York ahora debe de seguir el ejemplo establecido por la ciudad de Nueva York y aprobar mi legislación (Proyecto de Ley de la Asamblea 2040-A/S.5532). No podemos tener partes de nuestro estado haciendo como un crimen abordar la discriminación salarial cuando a la mitad de nuestros neoyorquinos se les niegan las mismas protecciones”.

Crespo continuó: “para poder lograr un salario justo, los legisladores deben de promulgar leyes que impidan la discriminación salarial basada en el género desde el momento en que las mujeres y los grupos minoritarios ingresan a la fuerza laboral. Pedirles a los posibles empleados su historial salarial como un requisito para una entrevista de trabajo o una solicitud de empleo, o como condición para aceptar una oferta de trabajo es una práctica discriminatoria que debe de ser prohibida”.

De acuerdo a la senadora Marisol Alcántara, presidenta del Comité de Trabajo del Senado, “prohibir a los empleadores solicitar el historial salarial es un arreglo simple e innovador para un problema social profundamente enraizado. En nuestra sociedad, a las mujeres blancas se les paga menos que a los hombres blancos, a las personas de color se les paga menos que a las personas blancas, y las mujeres de color como yo son a las que menos se nos paga, incluso cuando realizamos los mismos trabajos. Cuando los empleadores solicitan el historial salarial de sus solicitantes, ellos perpetúan prejuicios antiguos, a menudo inconscientemente, contra las minorías étnicas y las mujeres. No hay ninguna razón de por qué los empleadores no pueden juzgar el valor de un empleado por sus cualidades, su educación, y su título, y es por eso que apoyo con entusiasmo ampliar la oportuna acción sobre la prohibición de la ciudad de Nueva York en todo el estado”.

Crespo ha vuelto a presentar su legislación por los últimos cinco años que prohibirá que los empleadores investiguen el historial salarial de futuros empleados y sólo permite la verificación del salario mediante un consentimiento escrito por el futuro empleado en situaciones donde la verificación pueden llevar a un salario más alto de lo que el empleador está ofreciendo. La legislación autoriza a la División de Recursos Humanos y al Departamento de Trabajo del Estado de Nueva York a monitorear el problema, y las violaciones a la ley propuesta.

Requerir el historial salarial es una táctica usada por los empleadores para justificar sus salarios bajos y el aumento marginal al salario de las mujeres y de los grupos minoritarios. Esta práctica es la raíz de la continua brecha salarial y de las desigualdades salariales entre mujeres y hombres, y entre los empleados blancos y no blancos.

“Prohibir esta práctica debe de ser el primer paso para hacer cumplir las leyes de igualdad salarial como las que fueron aprobadas por el gobierno federal hace 53 años”, dijo Crespo. “Sin tal prohibición, las mujeres y los grupos minoritarios que comiencen un nuevo trabajo ganarán un salario basado en su previo salario, que para comenzar ya era desigual a lo que ganan los hombres caucásicos”.

De acuerdo a Alcantara, “es un ciclo giratorio lo que nos conlleva a la persistente brecha salarial de hoy, que abarca desde un 21% para las mujeres blancas hasta un 46% para las mujeres de grupos minoritarios por cada dólar que ganan los hombres”.

“La Ley de Igualdad Salarial de 1963 y la Ley de Derechos Civiles de 1964 en los Estados Unidos establecieron el derecho legal para la igualdad salarial por realizar el mismo trabajo e igualdad de oportunidades. Pero aún así, medio centenario después, las mujeres y los grupos minoritarios todavía están sujetos a brechas salariales y a que ganen menos que los hombres”, dijo Crespo.