Escenario electoral 2020 se torna incierto tras escándalo Odebrecht

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SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- El involucramiento de más de una decena de dirigentes pertenecientes a las cúpulas de los partidos más influyentes del país (y probablemente la inclusión de otros), ha ocasionado que el panorama electoral se torne incierto para el 2020.

Tras el revuelo del caso Odebrecht, se ha notado una merma en la palestra pública de figuras como los exmandatarios Leonel Fernández e Hipólito Mejía; así como el excandidato presidencial Luis Abinader, quienes se perfilaban como los posibles sustitutos de Danilo Medina.

El escándalo de Odebrecht ha abierto la brecha a diversos sectores de poca incidencia social, quienes enarbolando la bandera del adecentamiento de la corrupción administrativa se han agrupado en el denominado “Colectivo Verde” y han acaparado la opinión pública nacional.

El presidente Medina se ha enfocado en tratar de encaminar acciones enfocadas a mostrar que no ha recibido fondos de la multinacional Odebrecht y que todo el que lo haya hecho pagará las consecuencias.

Hay sectores que insisten en vender la percepción de que cercanos al mandatario estarían orquestando una posible reelección para el 2020, a pesar de que recientemente el vicepresidente ejecutivo de la Refinería Dominicana de Petróleo y miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Félix (Felucho) Jiménez, manifestó que el presidente Medina le autorizó a anunciar que no seguirá en la Presidencia de la República más allá de la culminación de este período.

En los últimos días ha acaparado la atención pública nacional el llamado de un grupo de intelectuales, académicos y activistas, quienes a través de un comunicado pidieron la renuncia del presidente Medina, como salida a la crisis que, a su juicio, vive el país por el caso de los sobornos de Odebrecht, acción que provocó reacciones de rechazo entre diversos sectores que calificaron como un desatino la petición.

Entre los que salieron al frente en contra del pedido de renuncia del jefe de Estado, estuvo el presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Julio César Castaños Guzmán, quien sostuvo que Medina “tiene la unción del voto popular que se manifestó en él de una manera incuestionablemente mayoritaria y cualquier persona que atente contra esa unción está generando una contra reacción y vendrán unas maldiciones tan grandes, si esas personas se salen con la suya, que eso les afectará a ellos y probablemente a sus descendientes también”.

Hay que agregar que en diversas ocasiones legisladores han pedido la interpelación del presidente Medina y de sus principales funcionarios encontrando poco eco hasta a lo interno de sus partidos. A todo esto el mandatario ha respondido que lo dejen trabajar.

PLD y PRM con agendas paralizadas

A pesar de que tanto el PLD como el Partido Revolucionario Moderno (PRM), han querido vender la percepción de que el hecho de que varios de sus principales dirigentes guarden prisión por el caso Odebretch no afecta su accionar político, su tímida participación en el debate nacional dan muestra de que el revuelo tiene las dos principales organizaciones políticas del país sumidas en el letargo.

El debate en la opinión pública se centra, en que tanto el escándalo de Odebrecht atenta con la estabilidad de la partidocracia tradicional que aunque con muchas debilidades, elecciones tras elecciones, muestra que agrupa a la gran mayoría de la población votante.

Por un lado el partido de gobierno, que tiene a dos de sus miembros del Comité Político guardando prisión por su involucramiento en el caso Odebretch, ha enfrentado la ocasión pidiendo tímidamente que se les respete el debido proceso a sus dirigentes.

El secretario de Finanzas del PLD, Víctor Díaz Rúa, y otros miembros del Comité Central y exfuncionarios del Gobierno también guardan prisión por el caso.

En el mismo también están involucrados los senadores Julio César Valentín, miembro del CP, y Tommy Galán, quienes por su condición de legisladores que les otorga inmunidad parlamentaria, solo les fue impuesto el pago de una fianza e impedimento de salida del país.

Mientras el PRM, la principal organización política de oposición, en su corto período de vida ha tenido que lidiar con la situación de ver a su presidente Andrés Bautista preso, acusado de enriquecimiento ilícito y de formar parte en el entramado de sobornados de la multinacional brasileña Odebrecht.

Aunque el PRM ha reunido su máxima dirigencia en diversas ocasiones y ha dicho que defenderá la honestidad de sus dirigentes en todos los escenarios, en los corrillos políticos se comenta que en la alta dirigencia perremeísta se presenta la disyuntiva de que esta es una de las organizaciones abanderadas de la persecución a la corrupción y por ende cada uno de los acusados en el caso Odebrecht tiene que tratar de demostrar su inocencia.

El PRM ha encaminado acciones tendentes a proyectar que todo marcha con normalidad a lo interno de su organización tras el escándalo de Odebrecht, llegando incluso a llamar a la población a inscribirse y hacer vida política en sus filas.

Además del presidente del PRM, por el caso se encuentran presos varios exfuncionarios pertenecientes al gobierno de Hipólito Mejía, y en el mismo está involucrado Alfredo Pacheco, vocero del Bloque de Diputados del PRM en la cámara baja, quien no está guardando prisión por su condición de legislador.

El letargo en el que se encuentran el PLD y el PRM, tras el escándalo de Odebretch, ha arrastrado a la mayoría de las organizaciones políticas debido a que el sistema electoral dominicano gira en torno a estas dos organizaciones por su gran influencia en los estamentos de decisión del país.

Una brecha a sectores de poca incidencia

El sonado caso Odebrecht ha permitido una brecha a sectores de poca incidencia nacional, los cuales han tomado el discurso de persecución de la corrupción y se han agrupado en el denominado Colectivo Verde y han concitado la atención pública, colocándose como eje central del proceso.

Las marchas convocadas por el Colectivo, agrupan a miles de personas pertenecientes a diversos sectores de la sociedad civil así como a las distintas facciones de los partidos políticos y de distintas denominaciones religiosas.

Al principio el Colectivo Verde utilizó el discurso de combate a la corrupción como estrategia, posición que fue refrendada por todos los sectores nacionales, y ahora piden la renuncia del presidente Danilo Medina.

Aunque algunos políticos tradicionales participan en la marcha, los organizadores tratan bajo toda casta de desligarla del liderazgo tradicional.

El Colectivo Verde no ha redefinido una figura que se convierta en la imagen del movimiento, lo que podría ocasionar una crisis al momento de escoger un representante.

Muchos analistas coinciden al manifestar que la principal fortaleza de la Marcha Verde, se convierte en su mayor debilidad debido a que la diversidad de movimientos que la integran no les permitirá formar una gran coalición, encaminada a asumir el poder.

En lo que todos coinciden es en que el escándalo de Odebrecht ha dado un giro al matiz político vivido en el país en toda su historia contemporánea.