POR NÉLSIDO HERASME
Nos hemos dado cuenta que mientras más paupérrima y cargada de miseria es la comunidad, los políticos que en su nombre ostentan un cargo legislativo o municipal se quieren perpetuar en ella en base a dádivas, mentiras y manipulación.
Ese es el caso de nuestra provincia Bahoruco, entronizada en la lejanía de la región sur, donde un diputado llamado Rafael Méndez, a quien no se le conoce ninguna impronta en base al sometimiento de un proyecto que guarde relación con el avance, progreso y desarrollo y quien pretende ahora, luego de dos o tres períodos, aspirar al puesto de senador bajo el débil y manoseado alegato de que el actual no ha hecho nada y, que por tanto hay que sustituirlo. Sin temor a equivocarnos soy de los que dicen que los contados hogares que presentan discretos niveles de bienestar social en Bahoruco son los de cuyas cabezas han trabajado un trozos de tierra; algunas han dedicado gran parte de su vida al comercio y las demás han emigrados a los Estados Unidos y Europa, con el fin de poder ayudar a los suyos.
Pero la verdad monda y lironda es que tanto el diputado como el senador, este último de nombre Manuel Paula, son del mismo partido y ninguno ha hecho nada por colocar a su provincia en el camino del progreso, pero la lucha de los jefes de tendencias de su partido la quieren llevar hasta a las comunidades pobres y con ello entretener a sus munícipes.
Estudios realizados por el PNUD sobre el Índice de Desarrollo Humano han arrojado resultados que lloran ante la presencia de Dios. Por ejemplo en el Mapa de la Pobreza en República Dominicana, publicado por la propia Unidad Asesora de Análisis Económico y Social (UAAES), del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, te dice que la provincia del diputado Méndez y el senador Paula ocupa el 3er. lugar en pobreza y atraso, pero cuidado si se comete el error de encuestar a las familias de lo legisladores en cuestión, porque los resultados variarían de forma radical, ya que estas si es que es verdad que han llenado hasta arriba sus palangana y se han despachado con el cucharón.