WASHINGTON.- El matrimonio homosexual se ha colado en la agenda del nuevo mandato del presidente de EE.UU., Barack Obama, pero la última palabra para que se reconozca como un derecho la tendrá el Tribunal Supremo en dos fallos sobre su legalidad que debe emitir a mediados de este año.
Obama «ha dejado muy clara su postura a favor de los matrimonios del mismo sexo y ahora corresponde a la Corte Suprema expresar su opinión», comentó Susan Burgess, profesora de Políticas de la Universidad de Ohio, a Efe.
En el discurso de su segunda investidura presidencial el pasado lunes, Obama comparó el movimiento para reclamar la igualdad para los homosexuales que comenzó con los disturbios de Stonewall en Nueva York en 1969 con otros hitos de los derechos civiles como las luchas en favor de las mujeres y los negros.
«Nuestro viaje no estará completo hasta que nuestros hermanos y hermanas gais sean tratados como cualquier otra persona por la ley», subrayó contundente el mandatario.
Fue la primera vez que un presidente usaba en un discurso de investidura la palabra «gay» y el alegato más claro de Obama en favor de los homosexuales desde que, en mayo pasado, expresó públicamente su apoyo a los matrimonios entre personas del mismo sexo.
«He concluido que es importante para mí dar un paso adelante y afirmar que creo que las parejas del mismo sexo deberían poder casarse», indicó entonces Obama en el Despacho Oval en una entrevista con la cadena de televisión ABC.
Obama ha sido el primer presidente estadounidense en respaldar públicamente el matrimonio gay y también el responsable de la abolición de la ley conocida como «Dont Ask Dont Tell», que prohibía que los homosexuales que admitieran serlo formaran parte de las Fuerzas Armadas.
Como candidato presidencial en 2008 Obama dio su apoyo a las uniones civiles entre personas del mismo sexo, pero expresó su oposición al matrimonio. A finales de 2010 comentó que su postura sobre el asunto «estaba evolucionando».
Mark D. Brewer, del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Maine, está convencido de que ahora al presidente le gustaría avanzar de algún modo en el reconocimiento del matrimonio homosexual, pero duda de que lo vaya a hacer mediante una ley federal, según anotó a Efe.
Los analistas coinciden en que cualquier decisión de la Casa Blanca al respecto se tomará y llegará después de los fallos que el Supremo debe emitir en junio sobre dos demandas relativas a la legalidad del matrimonio homosexual.
Una de las demandas admitidas a trámite por el alto tribunal cuestiona la constitucionalidad de la norma de 1996 conocida como Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA, por su sigla en inglés), que define el matrimonio como «la unión entre un hombre y una mujer».
El Gobierno de Obama se opone a esa definición y apoya la derogación de la ley, que cuenta no obstante con un apoyo amplio en el Congreso y entre los grupos de presión conservadores.
La otra demanda que estudia el Supremo tiene que ver con la Proposición 8 de California, una enmienda que declara ilegales los matrimonios entre personas del mismo sexo y que se aprobó en un referéndum en 2008, poco después de que el estado legalizara esas uniones.
En 2010 un tribunal de apelaciones declaró inconstitucional la enmienda, por lo que sus defensores decidieron llevar el caso ante el Supremo.
El matrimonio homosexual es legal en nueve estados del país; Maryland, Washington, Maine, Nueva York, Connecticut, Iowa, Massachusetts, Nuevo Hampshire, Vermont y en el Distrito de Columbia.
En Maryland, Maine y Washington esa legalidad se consiguió muy recientemente, en las elecciones del pasado 6 de noviembre.
En estados como Delaware, Hawai, Illinois, Minesota y Nueva Jersey los defensores del matrimonio gay ya están haciendo esfuerzos para ganar la batalla este año, mientras que en Rhode Island hoy se prevé que la legislatura estatal vote una ley que permitiría casarse «con cualquier persona elegible independientemente del género».
Los demócratas, en su convención nacional celebrada el pasado septiembre en Charlotte (Carolina del Norte), aprobaron una plataforma no vinculante con las líneas maestras del partido para los próximos cuatro años que incluye el respaldo al matrimonio homosexual.
Una encuesta de diciembre de USA Today y Gallup mostró que el 53 % de los estadounidenses está de acuerdo con que las parejas del mismo sexo puedan casarse, casi el doble del apoyo registrado en 1996.
Pese a todo, los grupos conservadores se siguen oponiendo y logran victorias como la de mayo pasado en Carolina del Norte, donde se aprobó en un referendo una enmienda a la Constitución estatal que prohíbe el matrimonio entre homosexuales.