La ceremonia se llevó a cabo después de más de una hora de retraso.
DISTRITO FEDERAL, MEXICO.- Enrique Peña Nieto tomó hoy posesión como nuevo jefe de Estado de México y recibió la banda presidencial que le entregó el mandatario saliente, Felipe Calderón.
La ceremonia se llevó a cabo a las 11:18 a.m. (hora local) en la sede del Congreso mexicano, teniendo como testigos a diputados y senadores en una sesión conjunta del Parlamento que estuvo precedida por protestas de legisladores de la oposición.
Peña Nieto recibió la Presidencia mexicana en un acto que se desarrolló poco después de la medianoche, pero quedaba pendiente el juramento constitucional ante diputados y legisladores hoy.
Calderón, antes de entregar la banda presidencial, la besó, en medio de gritos de legisladores a favor y en contra de Peña Nieto. «Muy bien, Felipe, muy bien», decían en favor del mandatario saliente.
También se oyeron gritos como «Presidente, presidente» y «Asesino», en referencia a Peña Nieto o Calderón, lanzados por legisladores a favor y en contra, respectivamente.
En la sede de la Cámara de Diputados, donde se reunió el Congreso bicameral, había una gran pancarta llevada por legisladores de la oposición, con cruces de luto, que decía: «Imposición consumada, México de luto».
Los legisladores de izquierda portaban carteles con leyendas como «Estado fallido con Calderón a Estado vendido con su sucesor», «Presidente de la violencia», en alusión al mandatario saliente, y «candidato de telenovela», sobre el entrante. Pero también había pequeños carteles que portaban legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el grupo político de Peña Nieto, y que decían «Nos une México».
La ceremonia se llevó a cabo después de más de una hora de retraso, mientras a las afueras de la sede legislativa, custodiada por centenares de policías, se desarrollaban enfrentamientos entre manifestantes y agentes de seguridad.
En la tribuna, antes de que llegaran Calderón y Peña Nieto, los legisladores tuvieron oportunidad de presentar su posición sobre la investidura presidencial, después de algunas protestas en la sede en el comienzo de la sesión.
El senador del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) Miguel Barbosa dijo que su fuerza política buscará la construcción de acuerdos y el establecimiento de controles democráticos para evitar una regresión en el país. Además, reiteró un rotundo rechazo a iniciativas que intenten privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex) o imponer el IVA a alimentos y medicinas.
El diputado del Partido del Trabajo Ricardo Cantú señaló que el Gobierno de Peña Nieto es «ilegítimo», al aludir a la supuesta compra de votos en las elecciones del 1 de julio, y criticó el fuerte operativo de seguridad instalado en las inmediaciones de la sede legislativa.
Ricardo Monreal, del izquierdista Movimiento Ciudadano, también aludió al estado de «sitio» en la Cámara de Diputados, advirtió sobre el riesgo de involución en el país, y responsabilizó al PRI y al Partido Acción Nacional (PAN) de la corrupción y la impunidad que prevalece en México.
A pesar de las protestas iniciales y las pancartas en la sede legislativa, la sesión tuvo grandes diferencias con respecto a la tumultuosa toma de posesión de Calderón el 1 de diciembre del 2006.
En esa ocasión, Calderón y su predecesor, Vicente Fox (2000-2006), tuvieron que entrar al recinto por puertas laterales, en medio de intentos de legisladores de la oposición por tomar la tribuna de la Cámara de Diputados.