En la celebración anual de la Jornada Mundial de la Alimentación el Papa Francisco pide ayudas eficaces y no meros propósitos para acabar el hambre

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El papa Francisco

Roma.- El papa Francisco instó hoy a dar “ayudas eficaces” para acabar con el hambre, “y no meros propósitos o convenios” o “pomposas declaraciones”, en el discurso enviado para la celebración anual de la Jornada Mundial de la Alimentación que se celebra en la FAO.

En su mensaje enviado hoy a la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y leído por el Observador Permanente de la Santa Sede ante este organismo, el español Fernando Chica, Francisco puso hincapié en que “los pobres aguardan de nosotros una ayuda eficaz que los saque de su postración”.

“No meros propósitos, o convenios que, tras estudiar detalladamente las raíces de su miseria, den como fruto únicamente solemnes eventos, compromisos que nunca llegan a materializarse o vistosas publicaciones destinadas solo a engrosar catálogos de bibliotecas”, escribió el pontífice en su dura crítica.

El papa argentino destacó que por desgracia siguen aumentando las personas “que no tienen nada, o casi nada, que llevarse a la boca” y que “la solidaridad internacional parece enfriarse”.

Al citar el objetivo de “un mundo Hambre Cero para el 2030 es posible”, Francisco señaló que es “una acuciante llamada a la responsabilidad de todos” y que esta de hoy “no puede ser una Jornada más”. E instó a “en especial la FAO, sus Estados miembros, los organismos e instituciones nacionales e internacionales, la sociedad civil y cuantas personas haya de buena voluntad, a redoblar nuestro ardor para que a nadie falte el alimento necesario, ni en cantidad ni en calidad”.

El papa insistió que en “podemos y debemos hacerlo mejor con los desvalidos. Y para ello hay que pasar a la acción, de modo que desaparezca totalmente el flagelo del hambre”.

Para ello exhortó a adoptar políticas de cooperación al desarrollo orientadas hacia las necesidades concretas de los indigentes, atención a los niveles de producción agrícola, el acceso al mercado de alimentos “y el reconocimiento de que, a la hora de tomar decisiones, los países son iguales en dignidad”.

En el mensaje enviado a la FAO, donde hoy se reúnen representantes de todos los países, el pontífice advirtió de que “no serán las pomposas declaraciones las que extirpen definitivamente esta lacra” del hambre.

“La lucha contra el hambre reclama imperiosamente una generosa financiación, la abolición de las barreras comerciales y, sobre todo, el incremento de la resiliencia frente al cambio climático, las crisis económicas y los conflictos bélicos”, subrayó.

“Alguno puede decir que aún tenemos doce años por delante para acabar con el hambre”, escribió Francisco, pero destacó que “los pobres no pueden esperar. Su calamitosa situación no lo permite”.

Criticó además “la ausencia de vigor de los responsables políticos, muchas veces sumergidos únicamente en intereses electorales o atenazados por miradas sesgadas, perentorias o reducidas”.

“Falta realmente voluntad política”, clamó el papa. Pidió no olvidar que el drama del hambre esconde “la extrema desigualdad, la mala distribución de los recursos del planeta, las consecuencias del cambio climático o los interminables y sangrientos conflictos que arrasan muchas regiones, por mencionar solo algunas de sus principales motivaciones”.

Y urgió a la necesidad “de desarrollar un enfoque más proactivo y más sostenido en el tiempo” y aumentar “los fondos destinados al fomento de la paz y el desarrollo de los pueblos” También exhortó a “acallar las armas y su pernicioso comercio para escuchar la voz de los que lloran desesperados al sentirse abandonados en las orillas de la vida y el progreso”.