Por Alida Juliani
Madrid.- La memoria histórica es un asunto “seriamente pendiente” en República Dominicana, afirma el veterano periodista dominicano Adriano Miguel Tejada, para quien si el dictador Trujillo estuviera enterrado en su país, en lugar de en España, “hace tiempo que hubiera pasado algo”.
“Algo supusieron sus hijos que se llevaron el cadáver inmediatamente. Sabían que si no, en cualquier momento podría ser profanado de cualquier manera”, señaló Tejada en una entrevista con Efe en el marco de la Feria del Libro de Madrid.
El periodista dominicano, director del periódico Diario Libre, decano de la prensa de distribución gratuita en ese país, asegura que la memoria histórica en República Dominicana es “un asunto seriamente pendiente” que sigue afectando al día a día de los ciudadanos.
“Allí nunca se hizo un proceso de ‘destrujillización’. El proceso democrático que vivimos los dominicanos se hizo como tirándole una capa de arena al problema del trujillismo en el país, porque todos nos sentíamos culpables de haber formado parte del régimen de alguna manera”, explica.
Y al dejar pendiente ese proceso “se dejaron también instituciones de la dictadura que todavía mantienen prácticas de aquella época”.
Entre esas prácticas, Tejada destaca la reforma de la Policía Nacional, “que sigue siendo una Policía política”.
“No hemos podido reformar unas costumbres muy autoritarias, tampoco algunos destellos de la cultura de sumisión, sobre todo en las clases más bajas, simplemente porque el proceso no se hizo. Y esa es la gran tarea inconclusa de la sociedad dominicana”, añade.
Para el periodista, la gran diferencia entre España y República Dominicana al concluir sus respectivas dictaduras es que “en España se pudo hacer un aterrizaje suave”.
“Los últimos días de Franco entregó el control del país a un grupo ilustrado, muy religioso, pero que pudo encaminar la economía y se pudo designar un sucesor, que fue aceptado, y de hecho luego tuvo un papel protagónico en el afianzamiento de la democracia”.
Por el contrario -prosigue- “nosotros matamos a Trujillo, tuvimos guerrilla, golpe de Estado, intervención extranjera, guerra civil, y desgraciadamente dos modelos de democracia uno al lado del otro: Fidel Castro en Cuba y los Estados Unidos”.
“Hubo una pugna que mantuvo al país sin la posibilidad de lograr un acuerdo político como el que se logró en España”, indica.
Otra de las diferencias que apunta es que la dictadura de Franco “era una ‘dictablanda’ comparado con lo que nosotros teníamos allá”.
“(El expresidente dominicano) Juan Bosch, que estuvo exiliado en España en los años 70, dijo que si Franco hubiera gobernado en América hubiera sido un demócrata, no porque fuera un Gobierno suave, si no por la dureza de las dictaduras latinoamericanas”.
La influencia del “trujillismo” en República Dominicana se siente todavía en la figura de Ramfis Trujillo, nieto del dictador, y candidato presidencial para las elecciones de 2020.
“Si se maneja bien, podría llegar hasta a un 10 por ciento del electorado, porque hay una nostalgia por el orden”, afirma.
“El régimen de Trujillo vendió mucho la idea de que era un régimen de orden, claro, era un orden sin seguridad, porque aunque una persona se portara bien podría ser víctima del régimen, por un chisme o cualquier cosa”, añade.
El aumento de la delincuencia en ciertos estratos de la población dominicana es un caldo de cultivo para los votos a Ramfis, ya que “hay gente que añora el orden que significaba la era de Trujillo”.
“Ramfis ha querido señalar que puede resolver esos problemas en base a la herencia que tiene, e incluso se ha negado a abjurar del trujillismo”, explica Tejada.
Sobre el debate actual en España por la exhumación de los restos de Franco, el periodista considera que es “parte del cambio generacional y del cambio tecnológico que influye tanto en las nuevas generaciones”.
“Los modelos del 60 y de 70 ya no aplican. También que junto a ese cambio generacional ha habido cierto anquilosamiento de los partidos que hicieron la transición española. Han irrumpido con fuerza estas tropas nuevas, todavía no muy bien definidas”, reflexiona.
Una transición actual “que nosotros vamos a comenzar a vivir ya también en República Dominicana porque los partidos tradicionales están dejando de tener ya tanto peso”, concluye.