PARIS.- Más de tres millones y medio de personas en Francia carecen de vivienda o están alojadas en muy malas condiciones, de acuerdo con el informe anual presentado hoy por la fundación Abbé Pierre.
Otros cinco millones viven en situación de fragilidad debido al desempleo y la disminución de los salarios, lo que eleva a ocho millones y medio el número de afectados por la crisis en este sector, precisa el documento.
El problema tiene mayor impacto en los jóvenes con dificultades de acceso al mercado laboral, las madres solteras sin recursos económicos y, en los últimos tiempos, también a personas mayores con pensiones demasiado bajas, señaló Christopher Robert, miembro de la institución.
Muchas familias, agregó, tienen una vivienda pero la pérdida súbita de su puesto de trabajo o una baja imprevista en los ingresos los dejarían expuestos al desahucio.
Cada año la justicia emite 100 mil órdenes de expulsión, una cifra demasiado elevada, dijo Robert.
Según la fundación, el fenómeno se complica porque, por un lado hay una precarización constante de los recursos de las familias y, por el otro, los precios de los alquileres son cada vez más elevados.
El reporte indica que 133 mil franceses, entre ellos muchas mujeres y niños, carecen de domicilio y pernoctan en lugares totalmente inadecuados, como estaciones de metro, construcciones, parques y centros comerciales.
Los más afortunados, precisa el informe, son acogidos en centros de asistencia social de larga duración o en refugios temporales.
«El mercado inmobiliario funciona como una centrífuga que selecciona a los candidatos más solventes y rechaza a los otros hacia la asistencia social de los poderes públicos», aseguran los autores de la investigación.
Si bien saluda algunas medidas tomadas por las autoridades, el estudio considera muy improbable que se cumpla el compromiso de construir medio millón de viviendas de aquí al 2017, sobre todo debido a las políticas de austeridad aplicadas por el gobierno.
La fundación Abbé Pierre es una organización no gubernamental creada en 2000 para continuar la obra del religioso conocido con ese nombre de ofrecer un alojamiento decente a los más desfavorecidos y llamar la atención de la opinión pública sobre este problema.