La Guardia Nacional mexicana ya está sembrando temor entre quienes migran desde Centroamérica.

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Efectivos identificados como parte de la Guardia Nacional en un retén migratorio en Chiapas, México

MEXICO.- La fuerza de seguridad fue desplegada hace apenas unos días, después de que el gobierno mexicano ofreció movilizarla para evitar los aranceles de Washington, pero ya está teniendo un efecto pronunciado en la frontera sur de México.

The New York Times habló con personas que buscaban migrar desde Nicaragua y Guatemala —cuyos planes de huir de la pobreza y la violencia se vieron frustrados—, así como con comerciantes en la zona, quienes dijeron que ha disminuido hasta el flujo para los mercados.

Aun así, los expertos pronosticaron que el efecto de las medidas de refuerzo por parte de México no durará mucho y que las cifras de cruces aumentarán de nuevo, aunque tal vez por medio de rutas más peligrosas y remotas. Ayer se anunció la muerte de dos bebés, un niño y una mujer en el área fronteriza entre Estados Unidos y México; los reportes señalan que fallecieron por el calor después de cruzar el río Bravo.

Y en Estados Unidos, la Patrulla Fronteriza traslada a niños de un centro migratorio desbordado. Después del repudio masivo por las condiciones miserables e insalubres en las que retenían a niños, niñas y bebés en un centro fronterizo en Texas, las autoridades migratorias de ese país anunciaron que cientos fueron transferidos a albergues e instalaciones temporales.

Según funcionarios, de los más de trescientos menores de edad que estaban en el centro de Clint, Texas, ayer solo quedaba una treintena.