Una investigación efectuada por un equipo internacional de neurocientíficos, destinada a valorar los efectos del entrenamiento musical, encontró que sí ocurren cambios estructurales en el cerebro de niños con al menos 15 meses de práctica sistemática, en comparación con los que solo recibían una clase semanal de esa materia.
Por ORFILIO PELÁEZ*
Promovido desde la Facultad de Ciencias Médicas Julio Trigo, hoy llega a todo el país el Proyecto Histartmed, que tiene entre sus novedades el rescate y difusión del añejo uso de las artes en el tratamiento de diferentes enfermedades, con beneficios que ya empiezan a ser corroborados por la ciencia.
Así ocurre, por ejemplo, con la música, de la cual el célebre filósofo griego Platón dijo en su época que la misma era para el alma lo que la gimnasia representaba al cuerpo.
En la actualidad, el empleo de avanzadas tecnologías de neuroimágenes ha permitido demostrar la validez de aquel concepto esbozado hace más de 2 000 años, al mostrar las reacciones que ocurren cuando escuchamos música o se toca un instrumento.
Una investigación efectuada por un equipo internacional de neurocientíficos, destinada a valorar los efectos del entrenamiento musical, encontró que sí ocurren cambios estructurales en el cerebro de niños con al menos 15 meses de práctica sistemática, en comparación con los que solo recibían una clase semanal de esa materia.
También en los últimos tiempos los científicos lograron observar que los músicos profesionales tienen una mayor simetría entre los dos hemisferios cerebrales, el tamaño de su cerebelo es superior y exhiben concentraciones más elevadas de materia gris en áreas motoras, auditivas y visuoespaciales, todas ellas implicadas en la producción y percepción de la música.
Sus favorables efectos al activar distintas estructuras cerebrales y fomentar el aumento de las conexiones neuronales y las respuestas
emocionales, condujeron a que a nivel internacional la música empezara a considerarse una herramienta adicional para tratar diversas enfermedades capaces de lastrar la salud física y mental de las personas.
EN CUBA
En el caso particular de nuestro país, la doctora Isis Betancourt Torres y la máster en Ciencias Idida Rigual González, resaltaron que la denominada musicoterapia se aplica básicamente en el tratamiento de la depresión geriátrica, y en niños y adolescentes con trastorno del espectro autista (de manera general logran una respuesta más favorable en la comunicación), síndrome Down, parálisis cerebral, síndrome de Rett, necesidades educativas especiales, y ansiedad e hiperactividad, en combinación con la equinoterapia y otros procedimientos.
La música, aseveraron, puede incentivar patrones de movimiento, incluso de forma inconsciente, de ahí la conveniencia de utilizarla en la rehabilitación de pacientes con daño cerebral y en aquellos con trastornos de la marcha y la coordinación.
De acuerdo con la opinión del Doctor en Ciencias Nibaldo Hernández Mesa, reconocido investigador del Centro de Neurociencias de Cuba (Cneuro), escuchar música repercute de manera favorable en la neuroplasticidad, condición que expresa la probada capacidad del cerebro de generar el crecimiento de nuevas conexiones y la creación de nuevas neuronas, aún en personas de la tercera edad, que hayan sufrido alguna enfermedad cerebral, si se potencia ese tipo de estímulo.
Lo anterior hecha por tierra el mito de que el daño ocasionado por lesiones de tal magnitud es permanente e irreversible, y abre esperanzadoras perspectivas de lograr una recuperación apreciable de los pacientes aquejados por dichas dolencias.
Si bien los resultados aún no son conclusivos y requieren de más evidencias para su confirmación, a nivel mundial se han ejecutado varios proyectos investigativos, cuyas valoraciones preliminares sugieren que oír la música de su preferencia, en particular la escuchada cuando se era niño y adolescente, en sesiones terapéuticas de 30 a 45 minutos de duración, puede contribuir a la mejora conductual de pacientes con Alzheimer.
Tal comportamiento parece responder a la estimulación de capacidades perceptivo-cognitivas, de comunicación y socioemocionales, que son incentivadas por el efecto de la música.
Aun cuando hacen falta estudios más abarcadores enfilados a demostrar el fundamento científico de las terapias musicales, lo observado hasta ahora debe potenciar su empleo para el desarrollo de diferentes habilidades y propiciar una calidad de vida superior en personas con problemas emocionales, neurológicos y otras dolencias.
Precisiones
Surgido en 2004 como una iniciativa científico-formativa concebida para aumentar el acervo cultural de estudiantes y profesores de las ciencias médicas en Cuba, a partir de vincular la historia, el arte y la medicina, el Proyecto Histartmed sobrepasó su original campo de acción centrado en las aulas de la capitalina Facultad de Ciencias Médicas Julio Trigo, y hoy llega a casi todo el país, mediante programas de extensión universitaria, diplomados, cursos, talleres, exposiciones y otras actividades.
Fundado por el ya fallecido Doctor en Ciencias Médicas Néstor Rodríguez Hernández, profesor Titular y especialista de ii Grado en Medicina Interna y Geriatría, y la doctora Isis Betancourt Torres, actual secretaria de la Sociedad Cubana de Medicina Interna y directora del Grupo de Investigación sobre Historia, Arte y Medicina, adscrito a la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana y a la referida sociedad científica, Histartmed acoge a profesionales vinculados de una forma u otra con esas tres ramas del saber, muy interrelacionadas entre sí a lo largo del desarrollo de la humanidad desde sus inicios.
El Proyecto también auspicia investigaciones centradas en indagar en la vida y obra de grandes personalidades mundiales y cubanas en disímiles esferas, conocer las enfermedades que padecieron, cómo fueron capaces de sobreponerse frente a ellas y legarnos obras clásicas de la pintura, la literatura y la escultura, grandes conquistas sociales o avances científicos trascendentales.
Las experiencias de las seis universidades cubanas que tienen una cátedra Histartmed, y la labor investigativa y educativa desempeñada por los integrantes de este proyecto científico-cultural, serán presentadas durante la celebración del ii Congreso Internacional Histartmed 2020, el xi Coloquio Integrador de Historia, Arte y Medicina, y el III Taller de Música y Salud Doctor Antonio Gordon y Acosta, que sesionarán de manera conjunta del 11 al 14 de marzo en el Centro de Convenciones de Cojímar, con la presencia de más de 250 profesionales de Cuba y otros países, entre ellos España, Argentina, Uruguay, Brasil, México, Colombia y Trinidad Tobago.
- Tomado del periódico Granma – 07 de Marzo, 2020.