Dominicanos que llegaron de Nueva York a RD aislados en Boca Chica afirman los retienen a la fuerza y denuncian calamidades

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El empresario Eudis Ramírez en aislamiento en Bocha Chica, se traga el moro de habichuelas negras, Ulises Meléndez muestra la llaga en su pie y Milda Taveras, denuncia heces de ratones, falta de seguridad y suciedad en su habitación. (Fuente externa).

Por Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK._ Los dominicanos que estaban varados en Estados Unidos y que llegaron el sábado a la República Dominicana en el vuelo 8871 de Delta Airlines, y fueron  puestos en aislamiento en un  destartalado edificio del Ejército  Nacional en Boca Chica, dijeron que están siendo retenidos por el Ministerio de Salud Pública a la fuerza, debido a que solo cinco de los 118 dieron positivo con síntomas de COVID-19, pero el resto resultó negativo.

También denuncian que en muchas de las habitaciones llamadas “salas de cuarentena” por las autoridades, se han  encontrado heces de ratones y gatos, baños sucios y rotos, y que la comida que se les está dando es muy pírrica, además de que hay muchos enfermos crónicos, como diabetes, personas con problemas renales, cardíacos y otros que deben ser sacados de urgencia de allí, donde corren el riesgo de morir.

Denuncia que las autoridades de salud pública, también  están siendo selectivas en despachar hacia sus casas a algunos y a otros no, y los privilegiados al parecer, tienen relaciones con funcionarios del Gobierno, militares o dirigentes del PLD.

El empresario Eudis Ramírez, vocero del grupo y quien se ha estado comunicando desde su aislamiento con este reportero, enviando videos y fotos de la situación, dijo que ellos fueron sometidos a pruebas numerosas veces dando negativo, por lo que no se explican qué hacen en aislamiento si ni siquiera son sospechosos.

“Las autoridades, deben saber o aprender a diferenciar qué es cuarentena y que es aislamiento”, añadió. “Creo que la cuarentena es cuando una persona se queda voluntariamente en su casa o el aislamiento se les debe aplicar a quienes sean sospechosos o estén contagiados, para evitar la propagación, lo que no es el caso de nosotros”.

Ramírez, añadió que el sábado, 15 horas después de salir del hotel en el aeropuerto Kennedy donde estaba varado con su esposa y su hija mayor, él tuvo que comprar 64 botellas de agua, porque nadie les dio una, y las distribuyó en el grupo.

Ayer domingo, añadió, se vio obligado a también a comprar leche para compartirla con madres con niños en el centro de aislamiento donde se les está dando.

Empero, dijo que algunos servicios han mejorado después que se han publicado muchas de las denuncias sobre la falta de atenciones y equipos de los que carece el personal médico a cargo de ellos.

“Debemos reconocer con justicia que el personal del Ejército Nacional, nos está tratando muy bien, con mucha comprensión y se preocupan por nosotros, lo que les agradecemos infinitamente”, añadió el empresario.

Pero Ramírez denunció así mismo que como desayuno les están dando dos tapitas de pan en slider de sándwiches y un vaso de chocolate, mientras la primera comida fue moro de habichuelas negras con un poco de carne.

Denuncia que su habitación estaba al igual que muchas, infectada de heces de ratones, por lo que tuvo que conseguir quién le comprara desinfectantes y otros productos para mantener la higiene.

ENFERMOS, INSALUBRIDAD Y CALAMIDADES

La señora Milda Taveras  denunció que la puerta de su habitación no tiene cerradura, y que cada vez que tiene salir a buscar los alimentos se queda abierta.

“Cuando volví a la habitación, no encontré una bolsa que tenía ahí, con los pantis, las medias y una boina que llevó desde Nueva York para cubrirse la cabeza, no estaban”, explicó, por lo que cree que se las robaron  de la habitación.

“Mi habitación esté llena de pupú de ratones, alas de cucarachas, y tengo que coger un reguero de papel para poder limpiar el inodoro”, dijo.

La señora Patria Peguero, quien sufre de problemas renales crónicos y tiene que recibir diálisis frecuentemente, dijo que estaba en ese aislamiento a la espera de algún médico que la ayudara a resolver el problema, pero que hasta este domingo en la mañana, no había recibido la atención.

Dijo que desde hacía seis días, no se dializaba por la preparación de viaje de Nueva York a la República Dominicana, y que temía morir en Boca Chica.

Se dijo en la tarde que ella había sido despachada por los encargados del centro para que siguiera el tratamiento en un hospital.

Por su parte el señor Ulises Meléndez, un diabético crónico y con otras complicaciones, está padeciendo de una llaga en la planta de un pie que progresivamente avanza, por lo que teme a que se le pudra y tangan que cortárselo.

Meléndez, quien está asilado en la primera habitación del pabellón 01, dijo que está aterrorizado por la falta de atención y que tuvo horas esperando un  médico que tampoco llegó.

Explicó que fue a operarse a la República Dominicana.

“Necesito ayuda urgente, porque el pie me puede coger gangrena”, dijo Meléndez.

Ramírez dijo que como esos, hay muchos casos en el aislamiento en el que están injustamente y que espera que las autoridades respondan para que dejen salir a los enfermos que necesitan atención inmediata, porque en Bocha Chica, sus afecciones podrían agravarse y hasta algunos morir.

También aclaró lo dicho por el Ministro de Salud Pública, la mañana de este domingo, aclarando que al agrupo se les dio a firmar un papel del ministerio donde se comprometen a guardar la cuarentena en sus hogares, siempre que no sean contagiados o sospechosos de síntomas del COVID-19.

“No entendemos lo que están haciendo con nosotros, lo que queremos es que si alguien no representa un riesgo a la salud pública o de contagio a los demás, que sea despachado inmediatamente a su casa”, exigió Ramírez.