Justicia “Tuitera”

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Nelson Encarnación Periodista - Analista Político
Nelson Encarnación
Periodista – Analista Político

VISION GLOBAL
Por NELSON ENCARNACION

De que los tiempos han cambiado lo demuestra el que decisiones importantes de los gobiernos se anuncian a través de las redes sociales, obviando los canales tradicionales que les dan más formalidad.

Hay ámbitos de la Administración cuya socialización por esas redes puede incluso ser beneficioso para la colectividad, sobre lo cual no es adecuado poner reparos.

Sin embargo, cuando este talante se generaliza, creo que estemos en presencia de una situación anómala que sería bueno dejar sin efecto.

Por ejemplo, no es adecuado ni correcto, e incluso ni elegante, que el procurador general de la República se despache con frecuencia dando a conocer cuestiones de su responsabilidad a través de Twitter o Facebook.

O que el vocero de la Policía Nacional adelante informaciones que a lo mejor no han sido juiciosamente procesadas, y que eventualmente pudieran generar conflictos bien serios y complicados.

La posición de Francisco Domínguez Brito contra el archivo del caso de Félix Bautista se ha llevado adelante desde la Procuraduría General con un “laborantismo tuitero” que deja mucho que desear del manejo judicial de los conflictos.

Igual comportamiento asumió el procurador con un sometimiento que acaba de anunciar contra el licenciado Elías Wessin Chávez, a quien imputa supuesta malversación de fondos públicos durante su administración en Bienes Nacionales.

Creo que estamos ante una modalidad de “justicia tuitera” o de vedetismo judicial que en nada beneficia la procuración de que quien cometió un hecho punible, pague las consecuencias.

Cuando vemos estas cosas tenemos que referirnos a sociedades organizadas, por ejemplo Estados Unidos, donde a los jueces hasta se les prohíbe poseer tarjetas de presentación, pues se entiende que esto procura alguna modalidad de relaciones públicas que no compagina con sus funciones.

Y mucho menos dar a conocer cuestiones de su incumbencia a través de las redes sociales, en cuyo caso su diligencia quedaría invalidada ipso facto.

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