Jimaní, un territorio dominicano prácticamente habitado por haitianos

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Así es Jimaní, territorio dominicano prácticamente habitado por haitianos.
Así es Jimaní, territorio dominicano prácticamente habitado por haitianos.

JIMANI, RD.- El creciente uso de la mano de obra haitiana en República Dominicana comienza precisamente de este lado de la frontera, antesala del proceso migratorio que se genera hacia territorio criollo.

Múltiples empresas, negocios y comercios de esta comunidad, municipio cabecera de la provincia Independencia, emplean a nacionales haitianos para diferentes oficios y quehaceres.

La razón ya la sabemos: Los bajos salarios que estos extranjeros aceptan como paga por sus servicios.

Además, son dóciles y obedientes a sus patronos.

A Jimaní, comunidad más cerca de poblados haitianos, el inmigrante tiene mayor facilidad de llegar y asentarse, otro motivo por el que el trabajador foráneo es menos exigente a la hora de aceptar un contrato de trabajo.

Los visitantes que se hospedan en hoteles locales son atendidos por empleados haitianos, desde el gerente hasta las mujeres que organizan las habitaciones.

En mayor proporción hablan un español con cierta dificultad, pero entendible para abrir y cerrar el trato de un hospedaje.

No dominan la escritura en el idioma local, por lo que deben recurrir a terceros, que a veces es el propio cliente, para llenar una factura, en caso necesario.

Pero no solo la hostería o instalaciones de alojamiento, sino que también otros negocios, como pequeños restaurantes, diferentes tipos de tiendas y comercios, emplean en gran proporción aquí a nacionales haitianos.

Un empleo por el que un dominicano exigiría un pago mensual de 5 mil pesos, el haitiano lo realiza por tan solo la mitad, RD$2500.00.

Expresión de las tantas necesidades presentes en Jimaní.

“Así es la cosa aquí, y no nos sentimos desplazados porque en realidad es que ellos (se refiera a los haitianos) cogen un trabajo que un dominicano, por el bajo salario, no lo va a aceptar nunca”, dijo Tomy Quezada, quien sobrevive haciendo de todo un poco en el mercado binacional que se produce lunes y jueves.

Por las calles de Jimaní los transeúntes se ligan. Se ven pasar tantos a haitianos casi en la misma proporción que dominicanos.

Como es natural, en cualquier esquina o mentidero también se escucha hablar en dos idiomas distintos: español y creole.

La radio deja escuchar un cruce musical. Igualmente los negocios de diversión colocan ritmos musicales en ambos idiomas, pues los visitantes o concurrentes son de ambas nacionalidades.

Así es Jimaní, territorio dominicano prácticamente habitado por haitianos.