Contrato Nulo…Oro Nuestro…

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Narciso Isa Conde Autor del Artículo
Narciso Isa Conde
Autor del Artículo

POR NARCISO ISA CONDE

Ante la avalancha anti Barrick, la reacción del presidente Medina ha sido la sinuosidad… después de haber declarado inaceptables los ridículos ingresos del Estado, de ignorar el grave problema ecológico, de manifestarse en grande la insolencia de Barrick Gold y de evidenciarse su engaño al país en reiteradas operaciones aduanales.

¿Por qué no declarar nulo lo que es nulo por inconstitucional, por violación unilateral y robo premeditado?

¿Por qué no considerar nacionalizado lo que el Estado dominicano le nacionalizó a la Rosario Resource, al tiempo de recuperar plenamente una mina que es nuestra y evitarle al país una catástrofe ambiental?

La tecnología empleada para explotar los sulfuros no es una cosa del otro mundo, como no lo fue la que se usó para explotar los óxidos de Pueblo Viejo.

La inversión no es más que un préstamo avalado por el enorme valor de la mina, lo que podría continuar por otra vía una vez cortados los vínculos con esa corporación.

A los dominicanos/as nos duele más el patrimonio propio y si nos decidimos por explotar esa fabulosa fuente de oro y plata… podemos cuidar mejor el ambiente, con métodos menos nocivos que el cianuro y protegiendo el suelo, el subsuelo y el sobre-suelo de cualquier depredación y de los daños que ocasionan los ácidos a flor de tierra, expuestos a la lluvia.

El pasivo ambiental, que por demás puede reducirse al mínimo, la Barrick se lo cargó al país.

Recuperado ese valioso patrimonio podríamos asociarnos además a estados amigos con amplia experiencia minera como Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba; podríamos concertar un acuerdo estratégico con los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que actúan con cánones éticos-morales muy diferente a los de Barrick Gold. Esto es válido para el oro, níquel en manos de Falcondo, estaño, cobalto y otros minerales.

Y si en algo habría que compensar a esa corporación ladrona, es claro que la suma que en justicia le correspondería podría ser cubierta con una ínfima parte del valor del oro que vamos a extraer y vender.

Es falso, pues, que ese patrimonio no se pueda recuperar; falso que siempre tenemos que pactar en términos onerosos con corporaciones transnacionales.

Pueblo Viejo se puede y se debe recuperar, haciendo valer la soberanía y la dignidad nacional, conjugando los verbos anular, recuperar y nacionalizar,…en vez de seguir la tortuosa negociación en busca de más ingresos para el gobierno, que a lo sumo -como el parto de la montaña aquella- habrá de parir un ratón.

¡Y quede claro también: Loma Miranda es innegociable!