COLOMBIA.- Una tormenta política se ha desatado en Colombia por la acusación del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al expresidente colombiano Álvaro Uribe, de estar tras un plan para asesinarlo y del crimen del periodista venezolano Jhonny González.
“Cuidado, Venezuela. Cuidado que detrás de esto puede estar la mano de Álvaro Uribe Vélez, de los ‘paracos’”, dijo el mandatario venezolano cuando se conoció la noticia del asesinato.
El presidente Juan Manuel Santos, tras la presión para que se pronunciara formalmente, escribió en su cuenta de Twitter que “la dignidad de los expresidentes se defiende mejor, no a gritos ni con insultos públicos, sino por los canales diplomáticos correspondientes”.
El expresidente Andrés Pastrana ha sido enfático en pedir a Juan Manuel Santos que emita una nota de protesta formal frente a las acusaciones del presidente Maduro.
“El señor presidente de la República, representante de la dignidad nacional, deponiendo rencillas personales y diferencias políticas, debe romper el silencio que ya raya en la complacencia ante esta grave sindicación a quien ha ostentado la más alta dignidad de la nación”, escribió Pastrana en una carta que le envió a Santos el domingo.
Para el expresidente colombiano, la postura moderada de Santos se debe a la necesidad que tiene el Gobierno colombiano de que Venezuela siga acompañando las negociaciones de paz que adelanta con la guerrilla de las FARC en Cuba desde hace cinco meses, una de las herencias de Hugo Chávez a Maduro.
“Se corre además el riesgo de que el proceso de paz, construido con el aval del señor Maduro, quede como rehén en sus manos y Colombia expuesta a indignaciones y agresiones como las que hoy admite el señor Presidente”, advirtió Pastrana en la misiva.
Detrás de esta polémica también está la intención, tanto de Uribe como de Pastrana, de que Santos tome distancia con el Gobierno venezolano.
Los dos expresidentes han pedido que Colombia desconozca el triunfo de Maduro, cuando el de Santos fue uno de los primeros Gobiernos en hacerlo a pesar de las sospechas de fraude electoral. Uribe, desde Twitter, ha sido incisivo en sus ataques al Gobierno de Caracas y también uno de los mayores críticos a las renovadas relaciones entre Santos y el régimen chavista.
El abogado de Uribe, Jaime Granados, anunció este fin de semana que viajará a Washington a pedir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos medidas de protección para el expresidente.
“Dichas expresiones son el reflejo de una persona desesperada que de forma ilegítima ostenta el poder y que ahora, para tratar de desviar la atención de la corrupción e ilegalidad que promueve la dictadura que dirige, pretende a través de calumnias y amenazas buscar chivos expiatorios donde no los hay”, señala el comunicado del abogado sobre las acusaciones de Maduro.
Los uribistas también le han pedido a Santos que proteste. El precandidato presidencial, Óscar Iván Zuluaga, quien considera injuriosos los ataques, aseguró que Santos no puede esperar más.
“Como colombiano, no puedo aceptar que el Gobierno de mi país guarde silencio cuando un pretendido jefe de Estado extranjero insulta públicamente a un expresidente de la República”, señaló.
Zuluaga concuerda con el expresidente Pastrana en que lo que está en juego es la dignidad de quien “ha ostentado la más alta dignidad de la nación”.
Con esta polémica se pone de manifiesto que las relaciones entre Colombia y Venezuela están lejos de volver a la calma. Los dos países se necesitan para instigar la polarización que, en el caso de Maduro, lo ayuda a desviar la atención sobre su elección, mientras que en el lado colombiano el expresidente Uribe utiliza para arreciar contra el proceso de paz que adelanta Santos en La Habana.
