DOÑA FRANCISCA LA PLANCHADORA: Con sus 89 años clama por pensión, dice estar cansada de trabajar

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 Doña Francisca en plena faena del planchado de ropa en una de las casa en donde realiza esta labor. Foto Rafael Santos.
Doña Francisca en plena faena del planchado de ropa en una de las casa en donde realiza esta labor. Foto Rafael Santos.

POR RAFAEL SANTOS

SALCEDO, RD.- Con 89 años sobre sus hombros, y con una vida que se toma de ejemplo en medio de una sociedad carente de sanos valores, “Doña Francisca La Planchadora” como les llaman en Salcedo, dice aspirar una jubilación digna que le permita por lo menos disfrutar la palabra descanso, aunque sean “los últimos días” que le pudieran quedar.

Oriunda de la comunidad de Los Lirios, en la zona montañosa de Salcedo, y distante a más de 20 kilómetros del casco urbano, esta lánguida mujer, de piel trigueña y madre de 4 hijos, llegó a la ciudad a mediado de los años 40s, y se estableció en la parte trasera del barrio El Cementerio Viejo, en donde asegura, sus residentes las tratan con respeto y cariño, debido a la dulzura que exhala y al ejemplo que da  con su firme dedicación al trabajo.

Asegura, que trabaja desde los 17años de edad, cuando residiendo en Los Lirios, decide emplearse como domestica, en la residencia de la familia del señor Arturo González, en la comunidad de Conuco, Salcedo, en donde dice que ganaba 3 pesos mensuales, con posibilidad de ir a su casa los sábados en la tarde y volver los domingos,  a su faena.

“Si, yo trabajaba desde que Miguelina, mi hija mayor tenía tres años de edad, tenía que hacerlo, porque imagínese, yo tenía que ayudar al esposo, éramos muy pobre y las cosas estaba muy mala en la loma donde vivíamos”, señaló.

Doña Francisca, pensativa en su humilde vivienda del barrio El Cementerio Viejo, parta atrás. Foto David Rodríguez..
Doña Francisca, pensativa en su humilde vivienda del barrio El Cementerio Viejo, parta atrás. Foto David Rodríguez.

Dijo, que hace más de 30 años dejó de trabajar en casa de familia, como domestica, debido a que muchos de los patrones en donde les tocó ejercer su trabajo, tratan a sus empleados como si fueran esclavos, aunque aclaró, no todos actúan de la misma manera.

 Precisó, que fue por esta razón que decidió “no alquilársele a nadie” y trabajar de manera “independiente”, como lo hace ahora, ya que además, expresó, que pasaba más tiempo con sus hijos, que ya eran 5, de los cuales una falleció.

“Yo tenía 5 hijos, que son Miguelina (EPD), Guillermo, Pedro, María y Lourdes, además, como te dije ahorita, éramos muy pobre, teníamos que echar pa´lante, teníamos que trabajar, porque en mi casa todos trabajaban”, dijo.

Expresó, que en la actualidad, aunque no gana lo suficiente como para llevar una vida como quisiera, por lo menos se mantiene, pese a que algunos de sus hijos les han sugerido que debido a su avanzada edad y a los achaques propios, ella deje de trabajar en el planchado de ropa en diferentes casas de familia.

Sin embargo, esta señaló, que por el momento no puede dejar el planchado de ropa, cuya docena lo hace a 200 pesos la unidad, debido a que con lo poco que gana se sustenta. Asevera, que aunque cuenta con el apoyo de sus hijos para dejar de trabajar, esta afirma, que por el momento no puede, ya que según asegura, no quiere serle carga a ninguno, pues a su juicio, ellos también tienen sus responsabilidades.

 “Mis hijos son muy buenos, ellos quieren que yo deje el planchao, pero no puedo, no me les puedo arrinconar a ellos, ellos tienen sus problemas, ellos tienen que superarse, ellos te repito son muy bueno conmigo, pero no puedo, mira, en salud pública me daban 300 pesos mensuales,  pero me lo quitaron hace mucho, no sé por qué, no sé, ellos saben que yo soy del gobierno y del partido,  ahora bien, mientras pueda trabajar lo haré, ahora, si el Presidente me pensiona, entonces ahí si dejo de trabajar”, dijo Doña Francisca de manera sonriente.