VENEZUELA.- Los venezolanos siguen peregrinando por los supermercados en busca del papel higiénico que es ahora el protagonista de la escasez en el país, problema que el Gobierno ha decidido afrontar con importaciones y con acercamientos a la empresa privada.
Entre largas filas y estantes semivacíos, la caraqueña Celina Montilla caminaba apurada el viernes por los pasillos de un supermercado del este de la capital venezolana con dos paquetes de papel higiénico en sus manos.
Montilla sabe que lleva un objeto codiciado por estos días en Venezuela, donde el Gobierno debió importar 50 millones de rollos para combatir la falta de este producto, que se convirtió en la cara más visible de la nueva etapa de escasez que enfrenta el país.
«Llevo para la oficina, porque no tenemos nada. Uno anda como un loco buscando papel», dice Montilla.
La búsqueda de papel higiénico se ha tornado una postal repetida estos días en los supermercados venezolanos, que según reconoció el propio Gobierno atraviesan una escasez «aguda» de algunos productos básicos, entre ellos los rollos de papel y harina de maíz.
A unos pasos de Montilla, la empleada doméstica Yarlis Catro asiente con la cabeza y lamenta las largas colas que tiene que hacer para poder llenar su carrito de compras.
«Uno al final compra lo que hay, no se puede poner muy exigente. Hay que ir de automercado en automercado para poder redondear una buena compra. En uno encuentra los productos de limpieza, en otro la harina, y las colas son horribles», afirma.
Aunque en Venezuela los problemas de abastecimiento son comunes, la situación se agudizó los últimos meses en medio de la falta de dólares para que el sector privado financie las importaciones de alimentos.
Esto ha tenido como consecuencia un alza del llamado índice de escasez, que mide las dificultades para conseguir productos y que en abril tocó el 21,3 %, un máximo en cinco años, según cifras del Banco Central.
Para paliar esta situación, el Gobierno autorizó la importación de 760.000 toneladas de alimentos y se abrió a agilizar la históricamente lenta asignación de divisas para el sector productivo.
Además, inició una ronda de conversaciones con empresarios para aumentar la producción local, golpeada en los últimos años en medio de los controles de cambio y de precios que rigen en el país desde hace una década.
A juicio de los analistas, este diálogo con empresarios puede ser un paso para mostrar que se está ocupando del problema y atenuar el golpe a su popularidad que genera la escasez.
«Pese a que el desabastecimiento es un problema negativo, al mismo tiempo es una oportunidad para llevar a los empresarios a Miraflores (Casa de Gobierno) y dar una imagen de diálogo», dijo a Efe Luis Vicente León, presidente de la consultora Datanálisis.
Sin embargo, para el gremio de comerciantes de Venezuela, Consecomercio, la estrategia oficial no aborda el «severo y costoso problema de fondo: la obsolescencia de los controles de precios y del inoperante control de cambio», según expresó en un comunicado.
Los controles de precios, con los que el Gobierno mantiene congelados un amplio rango de productos de la canasta básica, son vistos por los empresarios como los responsables de la escasez.
En los supermercados, los productos con precios regulados suelen ser los más difíciles de conseguir.
«Normalmente lo desabastecido son los productos regulados. De repente un día consigues azúcar pero al otro día no. Uno no se acostumbra, más bien lo sufre», dice a Efe Guillermo Moreno, un chileno residente más de 30 años en Venezuela, mientras recorre los pasillos de un supermercado en el barrio caraqueño de Los Palos Grandes.
El Gobierno ha defendido los controles y ha acusado a «empresas parasitarias» de abusar del esquema estatal de divisas y de contribuir al desabastecimiento cíclico de productos.