Bodegueros salcedenses se constituyen en ejemplo de superación en New York

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Parte frontal de la Bodega propiedad de Fafo Núñez.
Parte frontal de la Bodega propiedad de Fafo Núñez.

POR RAFAEL SANTOS

NEW YORK.- Cuando Rafael Núñez (Fafo) y Ono Almánzar decidieron hace más de 20 años y probar suerte  en el negocio de las Bodegas, en la parte sur del Bronx, de la ciudad de New York, muchos los tildaron de locos, debido al clima de inseguridad reinante y sobre todo, por las situaciones adversas  que les presentaba el ambiente.

Por eso, estos dos hijos de Salcedo, hoy exhiben algún tipo de prosperidad que cada cierto tiempo la traducen en beneficio de su pueblo, a través de donaciones y ayudas a personas de escasos recursos económicos y a entidades culturales y deportivas, lo que está siendo muy bien ponderado por el grueso de la población que dice sentirse orgulloso de estos dos personajes.

Según Fafo Núñez, a quien se le considera como el pionero de los bodegueros salcedenses del Bronx, es a su hermano, al señor Juanito Núñez, quien según le narró a este medio en otra entrevista, llegó a los Estados Unidos en el 1978, procedente de la comunidad montañosa de Monte Llano, y el cual luego de varios años de trabajo, hizo su propio negocio, lo que le permitió un retiro digno que comparte entre su lar nativo y el Bronx.

Fafo llego en el 1989, a través de su hermano pero no fue sino en el 1993 cuando adquiere  la bodega que precisamente lleva el nombre “Súper Marke Salcedo”, no sin antes aclarar que su primer empleo fue precisamente como ayudante de su hermano Juanito.

La foto presenta a los bodegueros Ono Almánzar y Fafo Núñez intercambian ideas.
La foto presenta a los bodegueros Ono Almánzar y Fafo Núñez intercambian ideas.

“Mira Rafael, no ha sido fácil, muchos ven el progreso muy bonito, pero detrás del mismo se esconden muchas lágrimas, sacrificios, sinsabores, yo pasé mucho trabajo para llegar a la posición que estoy, levantándome desde la madrugada hasta pasada las 10 y las 11 de la noche y muchas veces dormía no más de 3 ó 4 y tal vez 5 horas diaria, pero como te digo, valió la pena”, dice Núñez.

ONO ALMANZAR

Mientras que para Ono Almánzar, quien vino a este país en el 1990 de las manos de su madre, la señora Leónides Almánzar (La Quesera), para lograr establecerse como bodeguero, el mismo al igual que Fanfo y que otros negociantes de las bodegas tuvieron que romper barrreras.

Recuerda que al momento de establecer su negocio propio, por el lugar había una inseguridad demasiada grande, en donde el peligro y la intranquilidad eran parte del diario vivir del vecindario, pero aclaró, que hoy día, todo ese panorama se ha despejado gracias a la titánica labor de las autoridades, aunque aclara, que todavía no todo es color de rosa, ya que debido quizás al propio desarrollo no se está muy seguro en ninguna parte.

Al igual que su amigo Fanfo, con quien comparte labores filantrópicas, a Ono, oriundo del populoso sector del Cementerio Viejo, no le fue muy fácil llegar a la posición que ostenta y lograr su propia bodega, pues las vicisitudes por las que a travesó según narra, son hasta incontables, debido a los tantos trabajos que tuvo que pasar para poder decir que es Bodeguero y propietario.

En la actualidad y según  Ono, en el Bronx, hay 854 bodegas registradas, de las cuales casi el 40 por ciento, sus propietarios vienen desde la provincia Hermanas Mirabal, y los que mantienen un lazo de amistad que se traduce en beneficio para el pueblo que los vio nacer.

“Una cosa importante que debemos resaltar, es que nosotros en nuestros negocios no le cerramos las puertas a ningún compueblanos que llegue y necesite de nuestro auxilio, nuestras bodegas se han constituidos en centros de refugios, aquí no le cerramos las puertas a nadie, cuando un amigo de allá viene, si no les podemos ofrecer trabajo, los orientamos y tratamos de sacarlo a camino como una vez lo hicieron con nosotros”, dijo Ono.