Un Relato sobre Benny Moré

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Aunque no podríamos decir que Benny Moré, llamado el "Bárbaro del Ritmo" era actor de cine, él tuvo presencia en varias películas mexicanas.
Aunque no podríamos decir que Benny Moré, llamado el «Bárbaro del Ritmo» era actor de cine, él tuvo presencia en varias películas mexicanas.

POR ELLIS PÉREZ

«El Bárbaro del Ritmo» contagiaba a los dominicanos con su música excitante y gran personalidad. Nunca olvidaré mi experiencia como presentador del legendario artista cubano durante sus shows musicales en diferentes salas de teatros del país. «Era un tipo afable y de buen carácter», con una extraordinaria voz.

Era el año 1957. Hasta la primavera de ese año, yo había sido Director de Música y Espectáculos de los Hoteles Embajador, Jaragua y Paz. Al producirse un cambio de administración, el nuevo gerente, John Watson, me dijo: «Señor Pérez, ¿qué tiempo tiene la orquesta del Embassy tocando en el sitio?». Yo le contesté: «Poco mas de un año». Me dijo: «Hay que cambiarlos, porque la variedad implica variación, cambio constante, hay que buscar otra orquesta». Le dije: «Pero Sr. Watson, ése es el grupo del maestro Rafael Solano, uno de los mas afamados y reconocidos músicos dominicanos, a la gente le gusta esa orquesta». Finalmente me dijo: «Sr. Pérez, no me interesa quién sea, hay que cambiarlo, búsquese otro grupo». El final fue que, tanto Solano, como yo, terminamos nuestro trabajo en el hotel.

Así quedé libre y disponible para ejercer cualquier otra función. En poco tiempo, Gilberto Rivera Torres, quien era el Gerente del Cine Max, situado en la avenida José Trujillo Valdez de entonces, entre la Avenida Mella y la calle Benito González, me llamó y me pidió ir a verlo. En esa época, yo vivía en la Benito González, esquina Enriquillo, es decir, en el barrio de Villa Francisca. Cuando yo salía de casa en la Benito González, y caminaba hacia el Este, al llegar a la esquina José Trujillo Valdez, y miraba a la derecha es como si viera un pequeño Times Square de nuestra ciudad: estaba el Cine Max, un poco más abajo en la esquina con Avenida Mella el Bar El Trocadero, casi frente al Cine Max, la freiduría de Chichito, a la vuelta de la esquina a la izquierda el Teatro Mi Cine, y si miraba a la izquierda en la esquina Benito González, al otro lado de la calle, al frente, estaba la Librería de la Rosa, cuyo propietario era Juan de la Rosa Méndez, tío de mi viejo gran amigo Jesús de la Rosa, tal vez la más importante de la ciudad en esa época.

El gerente del Cine Max me dijo que acababa de establecer una agencia de artistas y publicidad, que se llamaba Publicidad Girito, para presentar espectáculos en los teatros del país, que traería importantes figuras del arte internacional, que se había enterado que ya yo no estaba en el hotel El Embajador y estaba disponible, y quería contratarme como su presentador de esos espectáculos. Acepté las condiciones, y a partir de ese momento me convertí en el presentador de algunas de las principales figuras del arte popular en Latinoamérica que fueron contratados por Publicidad Girito. Entre estos, Lucho Gatica, Carlos Argentino, María Luisa Chorens y su esposo el pianista Tony Fergo, el pianista y cantautor Bola de Nieve, Alfredo Sadel, Nelson Pinedo, Leo Marini, el acuarelista de la poesía antillana, Luis Carbonell y Benny Moré, entre otros.

Aunque no podríamos decir que Benny Moré, llamado el «Bárbaro del Ritmo» era actor de cine, él tuvo presencia en varias películas mexicanas, y en febrero de 1957, actuó, junto a la afamada orquesta del mexicano Luis Alcaraz, en la entrega de premios de la Academia de Hollywood, los famosos Oscar, como uno de los actos principales del show de esa noche.

Varios meses después, contratado por Girito, vino con su orquesta a hacer un número de presentaciones en la República Dominicana. Recorrimos las principales ciudades del país presentando su show musical en las salas de teatro y cine, que en esa época, generalmente disponían de un amplio escenario frente al telón donde se proyectaban las películas, y se podían presentar shows de artistas en vivo.

Además de su gran condición de artista completo y voz extraordinaria para el canto popular, Benny era un tipo de mucho colorido, afable , y de buen carácter. Recuerdo que una noche después del show y al terminar la cena, él pidió un par de sándwiches para llevar. Le dije: «Benny, he notado que varias veces después de la cena, cuando ya vas para el hotel, tú pides sándwiches para llevar. Si estas acabado de cenar, no parecería que te los vas a comer, ¿cómo es el asunto?». Benny me contestó: «Mira Ellis, después que yo me acuesto, no sé a qué hora me voy a despertar, y muchas veces cuando me despierto, siento un hambre atroz, entonces extiendo la mano, agarro mis sándwiches y me los como. Por eso yo pido mis sándwiches para llevar después de cenar al final de show.»

Nunca olvido a través del tiempo mis andanzas por el país en los diferentes teatros, presentando a Benny Moré el «Bárbaro del ritmo», disfrutando de su música excitante y su personalidad de gran colorido.