Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ El popular merenguero dominicano Carlos Manuel (El Zafiro) que ahora usa el sobrenombre publicitario de «El Diamante Azul» enfrenta un proceso de deportación de las autoridades migratorias de Estados Unidos, después de haber sido detenido nueve veces y acusado de posesión de crack, confirmó el artista en exclusiva a este reportero el sábado en la noche.
El cantante, intérprete de varios éxitos internacionales entre estos «No sé qué hacer», «Cuando estés con él» y «Llora corazón», fue arrestado por la policía de Nueva York en momentos en que era víctima de una adicción a la cocaína en piedra (Crack) que él mismo define como «diabólica».
El proceso de repatriación en manos de un juez federal de inmigración y que se ventila en la Corte de Inmigración en el 26 de Federal Plaza en Manhattan, comenzó cuando la Policía de Inmigración y Fronteras (ICE) revisó el récord del merenguero y lo colocó en «hold» (suspensión) en el Banco de Datos para extranjeros que han sido acusados de violar leyes criminales de Estados Unidos.
Sin embargo, es probable que el caso se caiga debido a que El Zafiro tiene 24 años de residencia permanente en los Estados Unidos, no tenía récords judiciales ni sentencias carcelarias y explicó que las detenciones fueron en situaciones en las que tenía consigo pequeñas porciones (dos o tres piedrecitas) de Crack para con sumo propio.
Precedentes en cortes migratorias sobre casos similares, demuestran que en estos casos, las órdenes de deportación son generalmente canceladas, cuando no se trata de narcotráfico, como es el caso de El Zafiro.
El merenguero, quien radica por casi tres décadas en Nueva York después de convertirse en una de las principales del género en los años ochentas en la República Dominicana está contando con el respaldo de instituciones y personalidades que ya han enviado numerosas cartas al juez a cargo de su caso pidiéndole al magistrado que tome en cuenta su larga trayectoria artística y su ejemplar comportamiento antes de caer en el fatídico vicio.
El Zafiro dijo que tiene fe y esperanza en el trabajo que realiza su abogada y en el apoyo que está consiguiendo entre quienes reconocen y aprecian su labor como artista y las amplias simpatías con las que sigue contando entre los dominicanos que residen en la República Dominicana y el exterior.
UNA HISTORIA ABERRANTE
En una confesión exclusiva a este reportero, El Zafiro calificó como «aberrante» y «diabólico» los «negros y amargos» momentos que vivió por algún tiempo siendo víctima de una incontrolable adicción al Crack.
Preguntado si cree que la gente ha dado credibilidad al cambio personal y de conducta que alega haber conseguido, respondió que «soy un hombre normal como tú, quizás mejor que tú, porque ya no bebo ni le acepto un trago ni droga a nadie».
Relató que «soy un tipo que estoy respetando la voluntad de Dios, porque le pedí y le juré un día que cuando volviera a consumir el Crack, me llevara de este mundo. Le tengo miedo y temor al poder de Dios».
Añadió que es una persona «clean», «cien por ciento normal, que está limpia en todos los sentidos y reto alaguna institución a que hagamos exámenes y apuestas a ver si en mi cuerpo hay estupefacientes».
El Zafiro narró que su decisión de dejar el vicio, llegó el mismo día en que le pidió a Dios que lo liberara de las «pesadas cadenas» con las que ya no podía.
«Gasté en las calles una fortuna inmensa, quizás alrededor de $700.000 mil dólares en drogas como el Crack, porque es una droga cuyo efecto dura minutos y cuando se termina uno quiere más y más. Cuando ya no hay dinero, el maldito vicio te empuja a buscarlo como sea», añadió el merenguero.
«Un día me vi en el espejo y me dije que ya no podía más», dijo el artista.
«Sentí que ya había tocado fondo, pensé en mis padres que no están conmigo, en la vida que ellos querían que yo llevara, una vida decente, pensé en ellos y pensé en mi público, en mi pueblo que me ama y que pedía por mí en las iglesias y que le pedían a Dios que hiciera un milagro conmigo», sostuvo el merenguero dominicano.
«Un día, las cosas se me caían de las manos de tantas drogas consumidas, tuve al perder la vida tres veces, fui baleado en las calles, me fracturaron la cara para robarme, vi mucha inmundicia y mucha miseria de vida y por eso a nadie, le deseo, ni al peor de mis enemigos, una adicción tan crónica como la que yo tenía con el Crack», reveló.
Sostuvo El Zafiro que cayó en el vicio del Crack, «porque espíritus satánicos se metieron en mí y aprovecharon la debilidad que tuve con los problemas cotidianos de la vida, me agarró el vicio crónico, solté a todo el mundo y me perdí por malas compañías, influencias negativas y destructivas».
El Zafiro dijo que su cambio fue sin necesidad de rehabilitación, porque aunque se sometió a tres programas ninguno le dio resultado. Estuvo en los hospitales Bronx Lebannon y Metropolitan de Nueva York y en la clínica del doctor Cruz Jiminián en Santo Domingo, «pero el hombre no pudo con la carga tan pesada que yo tenía dentro de mí. Solamente uno pudo y fue el gran poder de Dios».
Revela que «nada ni nadie hará cambiar mi camino y la felicidad que siento ahora, no la cambio por todo el oro del mundo, porque tengo una vida normal y consciente para mí, para mi pueblo, mi gente, mi familia y en paz».
Añade que no le pide riquezas al Señor, sino sólo con que vivir y poder comer tranquilo para brindarle un pan al que lo necesite.
Su mensaje a quienes consumen drogas y a los que están intentando hacerlo es que tomen su ejemplo. «De un brío enorme que tuve, llegué a verme en la basura, deambulando por las calles, sin familia, todo el mundo se alejó de mí y que miren la vida nueva que llevo ahora.»
Llamó a que le piden a Dios de corazón y serán oídos.
Aclaró que aunque asiste a algunas iglesias, no tiene preferencias con ninguna secta, porque lo que siente es el poder de Dios. «Rezo día a día y le ruego que cada día sea uno más feliz y me abra el camino sin problemas y percances para llegar a mi casa sano y salvo y así será».
Respecto a sus proyectos artísticos informó que tiene varias ofertas y espera que Dios lo ilumine para escoger lo mejor. «Hay muchos que quieren pintarte pajaritos preñados y después uno se queja de que le robaron o que no se hizo la elección adecuada. Que sea Dios el que me ponga la persona adecuada en el camino».
Quiere que el pueblo dominicano lo recuerde con el cariño que siempre le ha demostrado. «Con el cariño y el respeto que mi público me profesa y que me recuerde como una persona que no mató, robó, envidió o le hizo daño a nadie, sino como alguien que tuvo que cargar con su cruz y al que Dios se le quitó. Hoy en día, me siento en paz y tranquilidad para seguir mi carrera nuevamente».
El merenguero concluyó diciendo que aunque no ha recuperado todo lo que perdió, espera conseguir mucho más de lo que perdió cuando estaba en el vició porque sólo Dios le dará fortaleza.
«No quiero riqueza, sino una vida en paz que me permita ayudar al necesitado», expresó El Zafiro.
Ayer lunes, Día del Trabajo en Estados Unidos, su abogada no estuvo inmediatamente disponible para comentar sobre la situación migratoria del artista.