Por Luis Amadis
Joaquín Balaguer formó un partido para servirse de él mientras durara su existencia, recuerdo su enfrentamiento con Augusto Lora, cuando afirmó: “Ningún documento del partido tiene validez si no lleva mi firma”. Ahí plantó bandera.
Nunca permitió sombras de nadie .
Al morir Balaguer, el PRSC nunca ha salido de cuidados intensivos.
En el gobierno de Antonio Guzmán se le prohibió al doctor Peña Gómez, hacedor de presidentes en su Partido Revolucionario Dominicano, que entrara al Palacio Nacional.
Después del circo montado por Balaguer en contra de Salvador Jorge Blanco, el PRD cayó en crisis.
Después del primer gobierno del PLD dirigido por Leonel Fernández, sobrevino una nueva oportunidad con Hipólito Mejía, pero el afán de lucro y la poca preparación política de Mejía, que no tiene idea de cómo funciona el Estado, tiró todo al zafacón.
Desde siempre se le reconoció al PRD su capacidad de lucha, su combatividad, el país se sentía representado cuando el PRD exigía, demandaba del gobierno de turno que aplicara políticas públicas a favor de las mayorías; hasta que llegó el asalto, el asalto de un sector de su mismo partido que ha hecho del PRD el hazme reír del espectro político dominicano.
La palabra oposición desapareció de su diccionario.
Responsabilizar a Leonel Fernández y a Danilo Medina de su debacle política es la peor de las irresponsabilidades.
No reconocen que ese PRD combativo y de vanguardia, de la esperanza nacional, cayo en manos de unos locos con carnet.
No es que el PLD ande embriagado de éxitos, como dice Pablo Mackinney, es que el PRD nunca despertó de la resaca.
De partido político se ha convertido en un club de amigos, donde lo que importa es quien esté en la directiva. El liderazgo anda visitando a Lucifer y no pretende regresar.
Rómulo Betancourt, ex presidente de Venezuela, solía decir: “ que todo el que se dedique a la política, debe saber que existen tres caminos seguros en la actividad: la muerte, la cárcel y el destierro”.
Los prejuicios pequeños burgueses, el afán de lucro, los deseos de vivir con comodidad han enterrado todo lo que parezca principios políticos y morales.
Lo que importa es administrar el presupuesto nacional y emular a Morrobel, aquel personaje de Freddy Beras Goico. El partido y el país importan un comino, lo que importa es ser presidente y problema resuelto .
Con el PRD no me hago ilusiones, porque a ninguno de los sectores en pugnas les interesa la patria.
Cuanto daría por estar equivocado!
No entienden la responsabilidad social y política para con el país.
No comprenden cuanto el país los necesita.
Lo peor es que saben la solución, pero no hay valor.
El mercenario siempre quiere disfrutar de su pago.
Nunca inmolarse.
