CRONICA DEL PRESENTE: Sin temor: adelante

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Es bueno recordar que ni Venezuela, ni Cuba, Nicaragua, Haití y los Estados Unidos de América han luchado por su independencia y soberanía más que el pueblo dominicano y que este atropello verbal contra la dignidad de la nación, estamos obligados a responderlos con movilizaciones masivas de la inmensa mayoría que apoya la Sentencia 1658-13 dictada por el Tribunal Constitucional de la República Dominicana.
Es bueno recordar que ni Venezuela, ni Cuba, Nicaragua, Haití y los Estados Unidos de América han luchado por su independencia y soberanía más que el pueblo dominicano y que este atropello verbal contra la dignidad de la nación, estamos obligados a responderlos con movilizaciones masivas de la inmensa mayoría que apoya la Sentencia 1658-13 dictada por el Tribunal Constitucional de la República Dominicana.

Por Euclides Gutiérrez Félix

 Nuestra columna anterior, en realidad, no solamente fue un saludo al año 2014, sino conscientemente, preocupado profundamente, una advertencia a la campaña agresiva, feroz, mentirosa y calumniadora que se ha puesto en marcha contra el pueblo dominicano, su independencia y soberanía. Independencia y soberanía ganada en un proceso de cerca de 400 años que tuvo su génesis en la derrota aplastante que los criollos españoles, blancos y mulatos, infligieron a aquella expedición militar que Oliverio Cronwell envió a la isla de La Española al mando de Penn y Venables con la misión de apoderarse de todo el territorio de nuestra isla, para convertirla en una base que le permitiría despojar a España de sus posesiones coloniales en América. Los perfiles con los matices propios del patriotismo en nuestra sociedad, nacieron a partir de aquel momento. Por esos largos años a partir de entonces, el pueblo dominicano ha sabido mantener, con admirable valor y sacrificio, los perfiles de su soberanía como nación.

Nuestra advertencia, ahora, está avalada por la ligera, superficial y frívola declaración del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro, en relación con el problema haitiano; lo que demuestra que ese señor olvida, o desconoce, el respeto permanente con el que Hugo Chávez se refería al pueblo dominicano, haciendo referencia dondequiera que tenía la oportunidad, de Juan Bosch y Francisco Alberto Caamaño Deñó, las figuras de más alta categoría heroica y procera en la historia contemporánea de la República Dominicana. A esas declaraciones para asombro del autor de esta columna, viene a sumarse ahora las que hizo el presidente de Cuba Raúl Castro, noble figura del proceso revolucionario de ese hermano país, hermano de Fidel Castro Ruz quien ha llamado al pueblo dominicano “legendario, veterano de la historia y David del Caribe”, pueblo en el que nació Máximo Gómez la gran figura militar de la independencia de Cuba.

A esas declaraciones, a las que se sumaran otras como real e incuestionable apoyo al plan puesto en ejecución y financiado por Canadá, Francia y los Estados Unidos, se suma una carta de salutación del Secretario de Estado del Gobierno de los Estados Unidos de América, Jhon Kerry con motivo de cumplirse un nuevo aniversario de la declaración de independencia de la antigua colonia del Santo Domingo Francés, el 1ro. de enero de 1804, que Jean-Jacques Dessalines convirtió, inmediatamente en una burda imitación del imperio francés que encabezaba Napoleón Bonaparte.

Es bueno recordar que ni Venezuela, ni Cuba, Nicaragua, Haití y los Estados Unidos de América han luchado por su independencia y soberanía más que el pueblo dominicano y que este atropello verbal contra la dignidad de la nación, estamos obligados a responderlos con movilizaciones masivas de la inmensa mayoría que apoya la Sentencia 1658-13 dictada por el Tribunal Constitucional de la República Dominicana.

Juan Bosch, fundador del PLD que tiene en sus manos la dirección de la vida nacional, nos enseño que “La pelea es peleando” y que no podemos traicionar el sacrificio y la muerte de los dominicanos que nos han precedido y que hicieron posible la realidad de la República en la que hoy vivimos.