Mendigar medio de sustento para muchos

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Otro pedigüeño víctima de los accidentes de la construcción es José Aníbal Herrera, quien recibió un golpe en la pierna derecha, mientras realizaba trabajo en un proyecto habitacional en la avenida 27 de Febrero, se descuidó con el tratamiento médico y hubo que amputarle esa extremidad.
Otro pedigüeño víctima de los accidentes de la construcción es José Aníbal Herrera, quien recibió un golpe en la pierna derecha, mientras realizaba trabajo en un proyecto habitacional en la avenida 27 de Febrero, se descuidó con el tratamiento médico y hubo que amputarle esa extremidad.

Por TOMÁS VIDAL RODRÍGUEZ

La deficiencia en el sistema de seguridad social, la falta de ayuda gubernamental y la disolución familiar son las principales razones para que cientos de mendigos se disputen las dádivas de los conductores en los semáforos de la capital.

Las condiciones del clima, frío o calor, no es impedimento para que hombres y mujeres traten de buscar entre samaritanos dinero para comer o comprar medicamentos.

Una evidencia de esto lo constituye la pedigüeña Teresa Mejía Olivero, una mulata de 48 años que en silla ruedas hace piruetas entre vehículos en el semáforo de la intersección de las avenidas San Martín con Leopoldo Navarro, en procura de alguna dádiva para comer.

Para Teresa, durante más de 10 todos los días las condiciones del tiempo no impiden que acuda a su lugar de “trabajo”, donde debe recaudar cada día entre 1,000 y 1,100 pesos entre ellos 300 para pagar el alquiler de su vivienda, y a veces 580 para una inyección porque sufre de amigdalitis, 125 para la comida.

La sancarleña con la piel curtida por la insolación lamenta la desaparición de su hijo, Angel Wilson Mejía (Jesuito) después que fuera sometido a la Justicia y ella perdió su pierna izquierda al ser embestida por presuntos asaltantes que perseguía la Policía en la avenida del Puerto, en el año 2000, donde vendía cervezas en horas de la noche para buscarse su comida.

Con relación a este tema el secretario general de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC), Gabriel del Rio Doñé, consideró que existe tantas personas mendigando porque el Gobierno no tiene interés en aplicar el capítulo del Régimen Contributivo Subsidiado de la ley de Seguridad Social, Ley 87-01, a pesar de que tiene más de 13 años de aplicación, para ofrecer salud, seguridad a los sectores de menores ingresos.

En la medida que este programa se ponga en vigencia y el Ministerio de Salud Pública cumpla con su rol de reducir la cantidad de personas realizando labores de pedigüeñas en las calles, tendrán mejor servicio de salud y derecho a una pensión que les permitirá vivir los últimos años de sus vidas con alguna dignidad.

El secretario general de la CASC dijo que el sistema de seguridad social es débil no sólo por la falta de asignación de recursos del Gobierno sino porque los empresarios y microcomerciantes no quieran pagar sus impuestos.

“En la actualidad 171 mil empresario están evadiendo más de 60% de lo que les correspondería pagar”, afirmó.

Y a pesar del reclamo de sectores sindicales ningún Gobierno ha invertido en los derechos de los trabajadores del país situación que lleva millares de hombres y mujeres a mendigar para poder comer y comprar medicinas, a pesar de que la ley de Seguridad Social lleva más de 10 años en vigencia.

Por la ausencia de una política de seguridad social, en la avenida Leopoldo Navarro casi 27 de Febrero, el pedigüeño Emilio Vargas, quien padece de microcefalia, tiene que viajar tres veces a la semana desde Bayaguana esperando que las personas generosas que transitan por las vías le den algo, pero a pesar de su difícil trabajo da gracias a Dios, porque ahora aprendió a leer los letreros en las calles gracias al programa de alfabetización que está ejecutando el Gobierno del presidente Danilo Medina, pero necesita una computadora para continuar con el proceso de capacitación.

Código de pordiosero

Cuando en el semáforo hay más de un mendigo éste tiene un área limitada para buscar ayuda y bajo ningún concepto se puede trasladarse otro lugar donde considere que puede conseguir más porque son expulsados y si no obedece ocurren actos de violencia.

Casi siempre algún vendedor hace las veces de árbitro y procede y retorna la paz.

En las avenidas San Vicente de Paúl con Carretera Mella tiene su centro de “trabajo” Héctor Julio Gastón, quien perdió las dos manos en año de 1994, mientras envarillaba un edificio en Herrera y una varilla hizo contacto con un cable eléctrico provocándole quemaduras en ambas manos.

Comentó que vive en Alma Rosa, en Santo Domingo Este y está obligado a pedir porque no tiene no puede trabajar y para no morir de hambre está en la obligación de pedir.

Otro pedigüeño víctima de los accidentes de la construcción es José Aníbal Herrera, quien recibió un golpe en la pierna derecha, mientras realizaba trabajo en un proyecto habitacional en la avenida 27 de Febrero, se descuidó con el tratamiento médico y hubo que amputarle esa extremidad.

Ahora viene desde Baní lunes, miércoles y viernes a la avenida Leopoldo Navarro donde se pone a mendigar, porque nunca ha logrado obtener del Seguro Social una pensión y sus tres hijos lo abandonaron excepto algunas ayudas que recibió de la ex diputada Isabel Bonilla, pero ahora tiene varios meses que no sabe de su paradero.

Como si la construcción fuera un medio de trabajo complicado en las avenidas Máximo Gómez con Nicolás Ovando, parado en cualquier lugar de la acera realiza labores de pedigüeños Silverio D’Oleo Solís, de 45 años de edad, quien en el 1991 perdió la visión víctima de una explosión de una granada mientras realizaba trabajo con un compresor en avenida Circunvalación de Santiago.

Ahora está obligado a pedir porque la compañía donde trabajaba, Mera Fondeur, lo dejó abandonado y en varias ocasiones ha visitado el Seguro Social solicitando una pensión, pero las autoridades dijeron que a los obreros de la construcción no les corresponde pensión.