SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- En un país hipotecado como el que más, donde el boato chorrea y la fanfarronía luce ser norma de vida, pero sin ánimo de caer en el gadejo, quizás valga la pena solicitar que varias de nuestras autoridades suministren algunas cifras.
Se trata de montos que en función de los productos ofertados podría ser cuantiosos en una nación preñada de incontables necesidades y que en consecuencia exige un orden prioridades más justo y humano.
Hablamos de expresiones económicas que deben ser conocidas en procura de evitar especulaciones, en derecho, cuando no son presentadas a la opinión pública en el momento correspondiente.
Su conocimiento avalaría la máxima popular que sentencia: «cuentas claras, amigos para siempre…»
Hacemos referencia a la necesidad de conocer, cuánto, real y efectivamente invirtió la Alcaldía del Distrito Nacional en el diseño y levantamiento del impresionante, llamativo y multicolor Parque Brillante Navidad, ubicado en los terrenos del Antiguo Parque Zoológico Nacional de Santo Domingo de Guzmán?
De igual manera, luciría tan brillante como las candilejas exhibidas, que el Estado dominicano diera a conocer a cuánto ascendió la inversión económica realizada en el atractivo y pomposo embellecimiento navideño que actualmente se percibe en los jardines y las interioridades del imponente Palacio Nacional?
De los ocurrido en Santo Domingo Este, entiéndenos, no formularemos semejante solicitud pues, como es costumbre, allí, cuando se trata de asuntos de esta naturaleza, prevalece la ceguera acompañada con lo sordera irresponsable.
Bueno, así andamos en una sociedad pobre, saturada de precariedades, donde todo indica la austeridad es sólo un cuento de caminos en la retórica hueca de muchas de nuestras autoridades especializadas en la poses y la inautenticidad.
Cuánto descaro estrujado en el rostro de la pobreza..!!
Cuánta miseria humana colectiva..!!
Si a consecuencia de tal posición volviéramos a ser calificados como «resentido social», con gusto aceptaremos tan atinado calificativo pues, a decir verdad, ningún ser humano que procura ser honesto, decente y transparente, podría sentirse orgulloso de identificarse con una sociedad que, a diario, supura pus.
Pero por suerte, como bien expresa, el poeta y merenguero popular cotuisano, José Virgilio Peña Suazo, a manera de consuelo: «yo sé que Dios me tiene a mi lo mío… no me moleta esperar….»
Nota: Si acaso nos ven paseando por eso lugares, en compañía de mi bella, hermosa y saludable nieta, Avril, el más reciente regalo de Papá Dios a la familia, créanme que andamos buscando las bombillitas y los adornos que abusivamente compraron con el pago de nuestros impuestos. Ya lo saben..!!