La diáspora, déjà vu

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CARLOS MACCOY
CARLOS MACCOY

Por CARLOS MACCOY

Desde que asesinaron al dictador Rafael Trujillo y los dominicanos comenzamos a viajar al extranjero, principalmente hacia los Estados Unidos, los diferentes gobiernos que hemos tenido, siempre han externado su preocupación por la suerte de nuestros compatriotas allende los mares.

Planes van y vienen, con nombres diferentes, Consejos Consultivos, Dominicanos en el exterior, Diáspora Dominicana, etc. Pero ninguno ha mostrado un resultado positivo.

Hace poco más de dos meses, con el auspicio del Ministerio de Relaciones Exteriores y el Consulado General de la Republica Dominicana en New York, se realizó un taller en esta ciudad, con la participación de parte de la diáspora dominicana organizada en juntas de vecinos, Iglesias, clubes, etc. con el fin de crear el Instituto del Dominicano en el Exterior.

Este taller reunió una gran cantidad de dominicanos interesados en que nuestro gobierno ponga más atención a una comunidad que es una de las patas que sostiene la mesa económica de nuestro país y que se acabe la demagogia cuatrienal.

Se formaron varias mesas de trabajo compuestas por diez personas cada una. En ellas, cada participante exponía sus preocupaciones, luego se hacía una especie de unificación de criterios y el vocero, a nosotros nos tocó serlo en la nuestra, leía los acuerdos finales.

En este taller se habló de casi todo. Planes de viviendas, de salud, seguridad, facilidades para los retirados, costos de los boletos aéreos, pero algo que sobresalió en casi todas las propuestas fue la falta de información.

Nosotros siempre hemos abogado por la creación de una entidad, el nombre es lo de menos, que facilite información veraz y a tiempo a nuestros dominicanos del exterior. Este asunto no puede verse tan a la ligera, como fue el invento de los inoperantes Diputados en el Exterior y la propuesta del disparate de la Provincia de Ultramar.

La diáspora dominicana es muy diversa, cada una con problemas y necesidades peculiares. Los dominicanos que residimos en los Estados Unidos, por ejemplo, no tenemos las mismas reglas y requisitos que tienen los residentes de España, Italia, Francia u Holanda.

En este último país, por ejemplo, se ha dado el caso que, por falta de información, algunos hijos de dominicanos nacidos en los países bajos o en sus posesiones, de padres con residencia legal, pudieran perder su nacionalidad holandesa por haber sacado, cuando cumplieron su mayoría de edad, cedula y pasaporte dominicano, pues una ley que entró en vigencia en enero de del 2014, no acepta la doble nacionalidad.

Aquí, en los Estados Unidos de América, hay muchísimos programas de becas de estudios, de viviendas, buenas oportunidades de negocios para mujeres y minorías con el gobierno Federal, con el Estatal y con la Ciudad, los cuales, no son aprovechados por nuestros coterráneos porque no tienen la información necesaria

Desde hace un tiempo, hemos mantenido conversaciones con la Sra. Quenia Abreu, Presidenta de la New York Women’s Chamber of Commerce (Cámara de Comercio de Mujeres de New York) una dominicana que está dispuesta y así lo ha demostrado, a dar asesoría a nuestra gente, completamente gratis, para establecer pequeñas empresas y conseguir la certificación necesaria para comenzar a hacer negocios en los Estados Unidos.

Otra dominicana valiosa que ha estado ayudándonos a obtener informaciones de como importar productos de la Republica Dominicana es la Sra. Dilcia Granville, funcionaria del Food and Drug Administration.

Nosotros, vamos a comenzar a recabar información en los consulados de aquellos países donde exista un importante conglomerado de dominicanos, a medidas que vayamos obteniendo informaciones que puedan ser utilizados por nuestros compatriotas, las publicaremos en la red y proporcionaremos un correo electrónico donde puedan hacer sus preguntas. Si no tenemos las respuestas en ese momento, le prometemos que vamos a tratar de conseguirlas.

El Instituto del Dominicano en el Exterior debe convertirse en una fuente de información.Tanto fuera como dentro de nuestro país. Es lo que la diáspora necesita.