¡Lamentable! Propugnar en este país por algo positivo, es como arar en el desierto

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mapa republica dominicanaPor Rolando Fernández

Si aquí se escuchara a la gente que sabe, producto de la capacitación lograda, como las reales vivencias en el ámbito de determinadas áreas, no de allantes, como tampoco demagogias interesadas exhibidas, otro gallo cantaría entre nosotros.

¡Pero no! Las conveniencias políticas y comerciales lo rigen todo en este país, en que se hace provecho del caldo de cultivo más importante a explotar: la ignorancia social innegable, que dicho sea de paso, es lo que más tratan de promover los tuertos, en una nación de ciegos, como la que tenemos nosotros.

Esa reingeniería educativa por la que propugna ahora la señora Génova Féliz Marrero, doctora en Ciencias Pedagógicas, directora de la Escuela de Matemáticas de Unapec, orientadora y creadora de programas en el área de Matemáticas del Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio (Inafocam) – hay “caché educativo” en esa doña -, debió haberse comenzado en esta nación hace tiempo, si en verdad se hubiera querido eficientizar el sector, para no continuar siendo un bochorno con respecto a la evaluación que se nos hace a nivel internacional. Pero, eso no importa, conviene que todo siga igual por las razones expuestas.

En nuestra humilde opinión, esa señora puso los dedos sobre las dos llagas más neurálgicas e importantes que vienen afectando el área de que se trata: la política, y la comercialización e inducción hacia tecnologías de punta, sin base social para la asimilación debida; el introducir un esnobismo tal, no apto para este pueblo, agregaríamos nosotros. (Véase: periódico “El Día”, del 7-9-15).

Claro, se infieren dos concepciones relativas innegables, respectivas, que se hacen dignas de mención: “mientras más bruta es la gente más fácil se maneja”; y, “la tecnología mal asimilada embrutece”. Ambas están surtiendo efectos fehacientes en este país, y denotan estar muy asociadas con el sistema político regente.

Según expuso la connotada académica: “Se precisa realizar una reingeniería en el sistema educativo, no una copia, ni un relleno; porque nuestro sistema educativo es un remiendo, ya que cada vez que viene un nuevo ministro trae consigo políticas nuevas, nuevos currículos y no es más que para cortar aquí y poner allá, pero es lo mismo”. Indiscutiblemente es así. ¡Eso se llama politiquear!

Luego agregó, “En una época en que los adolescentes son cautivos digitales, incorporar la tecnología a la educación aporta una serie de beneficios; sin embargo, advierte que esa herramienta “muchas veces sirve de atraso, en el sentido de que si los jóvenes no son bien estimulados o bien dirigidos, mecanizan el aprendizaje”.

Es lo que evidentemente está pasando entre nosotros; no hay tal estimulo, ni dirección, solamente pantalla para aparentar. El uso casi generalizado de computadoras, con facilidades más de corte polítiquero que educativo, ha traído embrutecimientos y formaciones académicas en falso, respecto de los alumnos nuestros.

Esos instrumentos tan importantes nada más se usan para “copiar y pegar”; para salir del paso en las tareas que se disponen, sin realizar investigaciones a fondo, y sacar las conclusiones debidas sobre las temáticas de que se trate. De ahí en parte, que los pseudos estudiantes de hoy tampoco aprendan mucho a leer y escribir.

Por el lado de las Matemáticas, la dichosas máquinitas calculadoras están haciendo un daño tremendo. Con sobrada razón dice la experta que: “los estudiantes de nivel básico no deben realizar operaciones con calculadoras, porque pierden el aspecto procedimental y racional del pensamiento, y no aprenden un algoritmo puro, sino uno “rígido, que solo con darle a una tecla es suficiente”.

En ese sentido, lo grande es que, esa automatización mental que se deriva, a nivel de una disciplina del saber tan importante, se arrastra hasta los diferentes niveles de la educación superior, donde se advierten deficiencias de tal orden alarmantes en el estudiantado.

Tan penoso es el asunto que, incluso en la mayoría de los casos, hasta teniéndose a disposición las maquinitas, no saben los aspirantes a ser profesionales ni siquiera realizar operaciones aritméticas básicas, determinación de porcentajes, cálculos de interés simple, etc.

Es innegable que, si queremos comenzar a eficientizar la educación nuestra, y dejar de estar haciendo el ridículo cuando se nos evalúa internacionalmente en ese orden, tenemos que sincerizar muchas cosas dentro de ese sector, con hincapié sostenido en esos dos aspectos que señalara la señora Génova Féliz Marrero: despolitización obligada del sistema, y estimulación, como dirección apropiada, respecto de cuánta tecnología se utilice en ese ámbito.

Pero, lamentablemente, ¡propugnar o sugerir en este país, es como sembrar en el desierto! De seguro que, todo lo expresado por la señora Féliz Marrero, pasará como siempre por debajo de la mesa.

¿Educación real? ¡Ay ñene, despierta la gente! Dejar de lado el mercadeo sostenido tecnológico, tan jugoso, dirigido a los tarados que dizque estudian, ¡jamás!

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