Por Juan Cruz Triffolio
Navidad es un tiempo para compartir amor y paz.
Es la época ideal del año para congregar a la familia en una sola mesa donde fluyan los hermosos propósitos.
Es la oportunidad de irradiar la luz de la esperanza en medio de la tenebrosa oscuridad.
Navidad, es el magnífico y propicio escenario de convivencia humana para confundirnos en un intenso, ardoroso y afectuoso abrazo para empezar a protagonizar acciones colectivas y enaltecedoras con el ineludible empeño de mejorar las condiciones materiales y espirituales de existencia en una sociedad que luce estar sumergida en la podredumbre que induce al derrotero.
Es ocasión apropiada para levantarnos con la esperanza de vencer la mentira y el engaño recurrente que lacera la conciencia nacional promovida por mercaderes insaciables y perversos llamados a patrocinar y materializar el optimismo.
Navidad, es el momento idóneo para transformar los rostros matizados de pesares y amarguras por caras pletóricas de entusiasmo y alegría, cinceladas por la justicia, el amor y la paz en todos los rincones de la humanidad.
Es el tiempo preciso para entender -de una vez y para siempre-, que la prisa es plebeya y que estamos llamados a no olvidar que la grandeza sólo es posible alcanzarla siendo pequeños.
Navidad, es tener presente un antes y después de la natividad de El Niño Dios, ejemplo de bondad, humildad, misericordia y amor, quien permanece vivo en los corazones generosos que invitan a la solidaridad y la conciliación.
Por eso, entre otras razones, evocar y vivir intensamente el nacimiento del hijo de El Divino Creador es una invitación a detenernos en los batallares cotidianos de nuestra existencia para tener la brillante y maravillosa oportunidad de nacer de nuevo.
Navidad, es sueños, luz, sensibilidad, solidaridad humana, esperanza, tiempo de tregua y fraternidad y cuidado a la madre naturaleza.
Es una invitación a compartir con tus semejantes, confundiéndonos en un abrazo expansivo, sincero y reconciliador, que fortalezca el alma y el espíritu para engendrar la convivencia edificante sin límites.
Vivamos la Navidad a plenitud teniendo siempre presente la grandeza y el inmenso amor que encarna El Infante del Altísimo, El Niño Dios, El Nazareno de la piedad, la justicia y el perdón.
Feliz Navidad..!!