Aumentando el desarrollo de Haití, evitamos una Guerra Civil

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Por Roberto Veras.- 

Las recientes oleadas de asesinatos y violencia contra dominicanos por ciudadanos haitianos son claros indicadores del creciente descontento entre los ciudadanos fronterizos hacia los inmigrantes haitianos.  

No solo en República Dominicana, incluso muchos países europeos son testigos de un creciente número de crímenes raciales y de odio a medida que los ciudadanos nativos se vuelven extremadamente hostiles hacia sus inmigrantes.  

La crisis de la inmigración está en su punto más alto en casi todas las provincias que hacen frontera con Haití. Las incidencias de crímenes raciales, procesiones antiinmigrantes, violencia y asesinatos se están convirtiendo en endémicas. 

La crisis de la inmigración es una pesadilla, los habitantes residentes en la frontera están cada vez más preocupados ya que la cantidad de crímenes raciales y de odio continúa aumentando en su territorio. Y la intensidad del odio nunca parece disminuir.  

La actual crisis económica podría disminuir aún más el nivel de tolerancia entre los ciudadanos dominicanos, ya que la sensación de inseguridad económica se menciona como la razón principal que desencadena los sentimientos «antiinmigrantes» entre la población local. 

Ni la hostilidad desenfrenada de los ciudadanos dominicanos ni las débiles leyes de inmigración parecen desalentar a los inmigrantes de migrar a nuestro país en busca de mejores oportunidades económicas y condiciones de vida.  

El problema comienza con la segunda o tercera generación de inmigrantes indocumentados, que se niegan a aceptar que sean tratados como simples «invitados», ya que sienten que son tanto miembros de la sociedad como ciudadanos dominicanos.  

¿Qué se debe cambiar para disminuir la incidencia de una Guerra Civil?  

Aumentar el desarrollo económico de Haití es una de las primeras prioridades para evitar el conflicto Social.  

Tener en cuenta la necesidad de que otras naciones desarrolladas como EEUU, Canadá y Francia realicen más apoyo al problema fronterizo. Algunos sienten que estos países no hacen más de lo necesario.  

¿Prefieren establecer acuerdos económicos para trabajar mano a mano con una nación en desarrollo o preferirían tratar de ayudar después de que hayan sufrido disturbios civiles, hambruna, pobreza extrema? 

Si los residentes ilegales ingresaran a un país en el que no podían encontrar trabajo, no se quedarían. Esto demuestra que la inmigración internacional es un hecho de la vida y no puede ser ignorada.