El chavismo se anota a la moda «moustache»

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El característico tupido bigote negro que ha acompañado a Maduro desde su juventud se ha convertido en un emblema de la campaña oficialista en el país donde, desde hace unos días, hay bigotes por todos lados.
El característico tupido bigote negro que ha acompañado a Maduro desde su juventud se ha convertido en un emblema de la campaña oficialista en el país donde, desde hace unos días, hay bigotes por todos lados.

CARACAS.- La moda moustache se ha convertido en un inexplicable fenómeno mundial que ningún cazador de tendencias puede ignorar, pero en Venezuela el chavismo decidió darle una vuelta y lo tomó como símbolo de su candidato, Nicolás Maduro, haciendo del bigote postizo un objeto imprescindible en sus concentraciones.

El característico tupido bigote negro que ha acompañado a Maduro desde su juventud se ha convertido en un emblema de la campaña oficialista en el país donde, desde hace unos días, hay bigotes por todos lados.

Tanto Maduro como el líder opositor Henrique Capriles aspiran a ganar el próximo 14 de abril en las urnas el derecho a completar en 2019 el mandato presidencial que comenzó el fallecido Hugo Chávez el pasado 10 de enero, poco menos de dos meses antes de morir, el 5 de marzo, como consecuencia de un cáncer que padeció durante más de 20 meses.

Como si de la marca de El Zorro se tratara, el identificativo «moustache» de Maduro se prodiga por las paredes de Venezuela pintado al estilo italiano, en plátanos maduros o, incluso, en grafitis de la imagen del fallecido presidente y padre político de Maduro, Hugo Chávez.

También se estampa con marcadores a modo de boicot en carteles de Capriles.

Pero, sin duda, uno de los usos más sonados del simbólico bigote del candidato a las elecciones y presidente encargado es el que se ha ido dando en las marchas y mítines del oficialismo.

No sólo los artistas que acompañan a Maduro lo llevan impreso en sus camisetas, sino que los ciudadanos de a pie han optado por colocarse bigotes postizos en apoyo a su candidatura: los hay tupidos, finos, comprados y de pelo, hechos manualmente con felpa o, incluso, pintados con lápiz de ojos.

«¡Miren esta muchacha con bigote!», destacaba Maduro esta semana en un mitin en el estado andino de Mérida, donde alabó la creatividad de sus seguidores por emular el que llamó como «el bigote de la patria».

«Caprichito (Capriles) está en este momento en un cirujano plástico poniéndose una berruga aquí y le está preguntando si dentro de dos días le puede poner un bigote como este también», ironizó el jueves el presidente encargado al aludir a la berruga que tenía Chávez en la frente.

Mientras en Twitter muchos chavistas se han puesto también el bigote en sus avatares en apoyo a Maduro, en la red circulan algunos fotomontajes de Capriles «imitando» el bigote de Maduro.

La moda «moustache», que hoy en día se ve reflejada en complementos de moda, camisetas de prestigiosas marcas y otros accesorios, nació a raíz del fenómeno Movember.

El Movember es un original evento que nació en 2003 en Australia y que tiene lugar cada mes de noviembre en el que los hombres se dejan crecer el bigote pidiendo contribuciones a sus amigos para concienciar y aportar fondos para el cáncer de próstata y testículos.

A raíz de esta particular iniciativa, la fiebre por el «moustache» se fue extendiendo por todo el mundo y ahora tomó fuerza en la campaña presidencial venezolana, donde algunos ya inventaron incluso un nuevo eslogan: «Vota Bigote, Vota Maduro».