No se burlen de este pueblo

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¡No se burlen de este pueblo, Honorables!

Vaselina patriótica para que el paquetazo fiscal no doliera tanto.

¡No se burlen de este pueblo, Honorables!

Por: HAMLET HERMANN

La prensa dominicana publicó una nota que decía: Los senadores declararon de urgencia y aprobaron en dos lecturas el proyecto que dispone el traslado al Panteón Nacional de los restos del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó en su condición de Héroe Nacional y Presidente de la República.

También de urgencia aprobaron el proyecto de ley que declara el 12 de enero de cada año como Día de la Resistencia Heroica, en honor del grupo Los Palmeros.

El asombro no podía ser mayor. El mismo Senado del corrupto barrilito que protege a los saqueadores del erario, de repente se torna patriótico y revolucionario. Una mutación tan drástica es imposible. Entonces, una explicación lógica surgió: como esta semana se someterá al Congreso el proyecto de ley que ampararía el presupuesto de la nación aprobado por el Consejo de Ministros, el Senado consideró que debía untarse un poco de vaselina patriótica para que el paquetazo fiscal no doliera tanto cuando lo encasquetaran.

No les luce a los discípulos de Juan Bosch manifestarse ahora como admiradores del coronel Caamaño y de Los Palmeros. Bastaría con leer la prensa de 1972 y de 1973 para darse cuenta de quienes, en los momentos cruciales, nunca asumieron sus responsabilidades cuando les tocaba hacerlo.

Lo que ahora hace el Senado peledeísta es un acto hipócrita, repugnante por demás.

La decisión de los Senadores tiene lugar al mismo tiempo que Euclides Gutiérrez, miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, va a Constanza a elogiar la memoria del oficial que maltrató físicamente al coronel Caamaño luego de ser apresado con vida y formara parte del mando desde donde salieron las instrucciones para fusilarlo.

¿A quién le creo? ¿A los Senadores o al miembro del Comité Político? ¿A ninguno?

A nadie sorprende que los Senadores dominicanos no se hayan leído los ensayos históricos en los que se describen y analizan los asesinatos de Caamaño y de Los Palmeros, a quienes ahora fingen exaltar.

Ésos ágrafos y sus asesores no deben haber revisado siquiera los periódicos de aquella desgraciada época en que Joaquín Balaguer y sus Generales se incriminaban públicamente. Ufanos se enorgullecían entonces de esos crímenes porque creyeron, como los corruptos de ahora, que el pueblo nunca les pasaría factura por sus delitos.

No han descubierto los torpes congresistas del PLD que quien gobernaba cuando Caamaño fue fusilado y Los Palmeros destripados era Joaquín Balaguer, su gran aliado en la truchimanería.

Se incriminan al exaltar a esos revolucionarios porque eso equivale a inculpar a Balaguer.

¿Tendrán pantalones y faldas esos Senadores para reconocer que el 12 de enero de 1972 Balaguer se negó a recibir a varias personalidades que trataban de evitar la masacre, como forma de darle tiempo a Neit Nivar Seijas para aniquilar a esos cuatro jóvenes?

¿Tendrán pantalones y faldas esos Senadores para reconocer que fue el presidente Balaguer quien, con el perverso lenguaje de los poderosos, instruyó a Milo Jiménez y a Pérez y Pérez para que fusilaran a Caamaño?

Lean la prensa de la época, Honorables Senadores. Descubran cómo Balaguer, al otro día del fusilamiento del Coronel de Abril, se burló de la familia Caamaño cuando ésta solicitó les permitieran darle cristiana sepultura al cadáver.

Por el contrario, desde entonces hicieron desaparecer sus restos.

Sabían que aniquilaban a un hombre aunque no podían borrar la fuerza histórica en la que se había convertido.

El coronel Caamaño había logrado encarnar, con asombrosa convicción y práctica, el sueño de todo el continente y de toda una época.

En cuanto a Los Palmeros, los congresistas debían entender que, ahora mismo, otros jóvenes siguen sus pasos patrióticos y denuncian, permanentemente, la corrupción que los Poderes de la nación practican con la impunidad garantizada por el grupo corporativo PLD. El Día de la Resistencia Heroica está teniendo lugar ahora, todos los días, cada vez que la juventud honesta y comprometida los llama ladrones, como merecen.

¡No se burlen de este pueblo, Honorables!

No escondan el paquetazo fiscal detrás de esa farsa seudo patriótica. Más les conviene hacer caso a los reclamos de esta juventud porque el día menos pensado les puede llegar la factura por tanta hipocresía y perversión.