Por el Dr. Franklin Almeyda Rancier
Noviembre y diciembre, dos meses de celebraciones del PLD. Primero porque estamos en el VIII Congreso Comandante Norge Botello, sobre el cual hubo esta significativa Plenaria de este domingo 24 de noviembre.
A propósito del Congreso participo de que las áreas de la juventud y la mujer tengan autonomía de trabajo y de estrategias a desarrollar. La labor partidaria con la juventud requiere de mucha independencia e innovación hacia ese segmento; algo igual ocurre con la mujer.
Se trata de darles una estructura especifica a los jóvenes, algo así como una Juventud de Liberación Dominicana (JLD), con atribuciones para elegir toda su directiva desde la nacional hasta las locales. Esas directivas deben ser elegidas por el voto universal de cada jurisdicción electoral. Igual o parecido con la mujer, y crear un Movimiento de Liberación de la Mujer (MLD), también con autonomía de trabajo.
Noviembre fue el mes de la renuncia al PRD, lo cual se decidió en mi hogar, como se sabe, por Juan Bosch acompañado por un pequeño grupo de dirigentes, el 18 de noviembre del 1973, hacen 40 años.
Las razones para esa renuncia son conocidas. La primera fue que el PRD no iba a responder a los desafíos de las confrontaciones de la Guerra Fría, y mas bien abundaban dirigentes que solo se interesaban por sus proyectos personales.
El derrocamiento y muerte del Presidente Salvador Allende fue otra razón que pesó porque probaba con sangre la intolerancia de los EEUU hacia las fuerzas progresistas de Latinoamérica, dejando totalmente tapiadas las puertas hacia la participación democrática. Ya antes, en 1965, habían intervenido militarmente en el país para evitar el retorno del mismo Juan Bosch y el PRD al poder.
Los 9 compañeros que veníamos trabajando desde el 1970 con el profesor Bosch, para cualificar al PRD sin desperdiciar la cantidad, nos organizamos en el primer Grupo Teórico; otro que se creó para incluir al Dr. Peña Gómez y otros compañeros, nunca funcionó.
Celebrábamos reuniones los lunes, con agenda sobre temas ideológicos y los trabajo que desarrollábamos; éramos Juan Bosch, Antonio Abreu, José Joaquin Bidó Medina, Cheché Luna, Diómedes Mercedes, Rafael Alburquerque, Hatuey D’Camps, Milagros Ortiz Bosch y yo. Sólo uno de nosotros, Hatuey D’Camps, se negó a dar el paso para fundar el PLD; y era que Hatuey se dormía en las reuniones como señal de poco interés.
El sábado 17 en la tarde acordamos la renuncia y fundación del PLD, después de una reunión accidentada del Comité Ejecutivo del PRD, de la cual salimos con el profesor Bosch. Luego, el domingo 18, en la mañana, en el mismo lugar, unificamos de cómo renunciar y características del nuevo partido. En la tarde de ese día renuncia el profesor Bosch.
El domingo asistió doña Carmen Quidiello de Bosch, quien sugirió el nombre de Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y Juan Bosch la estrella amarilla de cinco puntas, como símbolo.
El Congreso Constitutivo se fijó para el 15 de diciembre y desde ahí iniciar una organización cualificada que en un proceso de acumulación dirigiera las fuerzas sociales capaces de llevar al pueblo dominicano a su desarrollo, bienestar y progreso; o sea, a completar la obra de Duarte.